Hay varias teorías que explican cómo se puede politizar la identidad de género en la derecha: para hacer más tranquilizador un programa, para reiterar un mito fundacional, para confirmar un papel disruptivo, para defender ciertas libertades. Lo que está claro es que no existe una correlación obvia entre el liderazgo femenino y las políticas sociales feministas. De lo contrario.