La cantante de Baden-Württemberg, Franziska Ameli Schuster, presenta en su debut una apasionante mezcla de jazz, funk y sensibilidad hacia el sonido de los años 70. En cualquier caso, se puede sentir una calidez análoga en estas canciones, que son al mismo tiempo flotantes y firmemente arraigadas. Por ejemplo, “Suitcase”, que comienza como una sensual canción de hip-hop y termina en una evocadora sesión de jazz ambiental. Schuster canta con un timbre oscuro y una actitud introspectiva; hay un silencio inusual en esta música. Es bueno escucharlo, por ejemplo, en “Melancholia” y “Where Do We Go”.
Intuición, alerta ante la tensión y relajación como péndulo dinámico.
“Marion” alterna entre breakbeat y espacio hipnótico, mientras que “Lonely House”, que casi se detiene, recuerda a The Weather Station. “Moon” es tan evocadora como “Pyramid Song” de Radiohead. Aquí hay mucho espacio para tocar libremente: Schuster y su gran banda cruzan las puertas cuando se abren. La intuición, la atención a la tensión y la relajación como un péndulo dinámico, así como una interacción sensible, son los activos de este sorprendente álbum.