El escritor es ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania.
Desde hace dos semanas, Ucrania, un país europeo, se ha estado defendiendo de la brutal agresión de Rusia. El pueblo de Ucrania lucha heroicamente por su patria, su identidad, su libertad y su derecho a existir.
Hoy, nuestro país lidera toda Europa y el mundo libre. No teníamos miedo de emprender la lucha contra uno de los ejércitos más grandes que existen. Los rusos nos han golpeado con todo el poder que pueden reunir desde todas las direcciones con la esperanza de eliminar a la Ucrania independiente en unos pocos días.
Sin embargo, no hemos vacilado. En dos semanas, a pesar de utilizar todo su poderío militar para destruir nuestro país, Vladimir Putin no ha podido alcanzar ninguno de los objetivos estratégicos de su invasión. Ni Kyiv, nuestra ciudad capital, ni Kharkiv, Odesa, Dnipro o casi cualquier otra ciudad importante ha sido capturada.
Ucrania está sangrando, pero no ha caído y no caerá. Confío en que nuestro país prevalecerá, gracias en parte al apoyo de nuestros socios internacionales. Seremos capaces de defendernos. La pregunta es: ¿a qué costo?
Lo que los ucranianos salvaguardan hoy no es solo nuestra tierra, sino también los valores que defendemos. Incluso mientras defendemos la visión de Europa como un todo, libre y en paz, rechazamos la visión de ella como un campo de batalla de guerra fría de ideologías divididas en varias esferas de influencia.
Estos tiempos son verdaderamente oscuros e históricos. Las acciones que tomemos ahora serán recordadas para siempre, de una forma u otra. Las generaciones futuras nos juzgarán a todos: a todos los políticos, a todos los líderes, a todas las naciones. Los nombres se asociarán de manera indeleble con los hechos realizados y las palabras dichas en este momento crítico.
Es por eso que necesitamos buscar grandes soluciones históricas. Ucrania, su presidente Volodymyr Zelensky y su pueblo ya han tomado la decisión de luchar por el bien contra el mal, sin importar cuán difícil, sangrienta y aterradora pueda ser esta lucha. Esto es lo que defendemos y no abandonaremos nuestros valores fundamentales.
Ucrania ya ha solicitado su ingreso rápido en la UE y estoy agradecido al Parlamento Europeo por apoyar nuestra candidatura. Las ovaciones de pie para Zelensky ese día proporcionaron un momento de unidad, solidaridad y elevación moral para el pueblo ucraniano, así como un impulso para el espíritu europeo.
Sí, estamos en una situación extremadamente difícil en este momento. Claramente, este no es el proceso clásico de adhesión a la UE, que normalmente dura años y se centra en los detalles técnicos y económicos. Pero la decisión de otorgar a Ucrania la membresía en la UE podría ser una victoria definitiva para Europa y todas sus naciones, todos sus líderes. Después de que tomen tal decisión, todos los europeos se sentirán orgullosos de ella, orgullosos de estar en el lado correcto de la historia y de haber tomado una decisión moral para todos los tiempos.
Ahora quiero dirigirme a aquellos escépticos que aún piensan que la membresía de Ucrania en la UE es un asunto que no debería tener nada que ver con Rusia. De hecho, el propio Putin está obsesionado con nuestras aspiraciones de la OTAN, no con nuestra adhesión a la UE. La idea de que otorgar a Ucrania la membresía en el bloque ahora agravará la situación actual no es convincente. Insto a aquellos que han sostenido este punto de vista a que lo abandonen.
La propuesta de proporcionar a Ucrania la membresía en la UE está ante nosotros e insto encarecidamente a mis colegas en las capitales europeas a que le den luz verde. Este paso proporcionaría una enorme inyección de esperanza al pueblo ucraniano. En estos tiempos oscuros, necesitamos esta esperanza más que nunca. Las encuestas de opinión sugieren que la medida cuenta con el apoyo de la mayoría de los ciudadanos de la UE. Los líderes de la UE son capaces de hacer que suceda.
Nuestra membresía fortalecería significativamente a la UE. Hoy, Ucrania es una gran fuerza para el bien, una nación valiente e inteligente que contribuirá en gran medida a la fortaleza política, económica, cultural y social de la UE después de que termine esta guerra. Será una cuestión de prestigio, además de fuerza, que la UE tenga un miembro como nosotros.
El momento de tomar decisiones es ahora. Nosotros hemos hecho el nuestro. Líderes de la UE, es su turno de hacer historia.