La Unión Europea está introduciendo una nueva legislación para adoptar un enfoque más estricto ante la contaminación de sus mares por el tráfico marítimo. Actualmente, los barcos no pueden verter una amplia gama de sustancias contaminantes, pero esa lista se está ampliando para incluir aguas residuales, desechos y otros excedentes. Los negociadores del Consejo (los Estados miembros) y el Parlamento Europeo han llegado a un acuerdo al respecto.
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