La marea de Nvidia está impulsando el sector tecnológico


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El director ejecutivo de Nvidia, Jensen Huang, ha afirmado durante mucho tiempo que los centros de datos del mundo necesitarán una revisión completa para manejar las demandas de la IA generativa. Sostiene que se necesitarán 1 billón de dólares en los próximos cuatro o cinco años, esencialmente duplicando la cantidad ya invertida en infraestructura digital, para entrenar y ejecutar los nuevos modelos de IA.

La propia Nvidia ha sido la beneficiaria más obvia de esto. Su vertiginosa subida bursátil la ha convertido en la empresa más valiosa del mundo.

Pero una serie de anuncios de ganancias y acuerdos relacionados con la IA en las últimas dos semanas también han aportado pruebas alentadoras de que el auge provocado por el lanzamiento del chatbot de IA generativa ChatGPT de OpenAI se está extendiendo. Por supuesto, no hay forma de saber si la ola de gasto será sostenible o lo suficientemente grande como para justificar el enorme avance de las acciones tecnológicas, pero al menos ha traído algo de consuelo a los alcistas.

Las acciones del fabricante de chips Broadcom, por ejemplo, han subido más de 20 por ciento desde que informó su último aumento en sus ventas inducido por la IA. Otro aumento como ese y se uniría al enrarecido grupo de empresas tecnológicas valoradas en más de 1 billón de dólares, más de seis veces lo que valía hace media década.

Gran parte del aumento se debe a la demanda de aceleradores de IA, los chips que Broadcom diseña a medida para clientes como Google para acelerar sus cálculos de IA. Pero su creciente crecimiento también apunta al papel más importante que han pasado a desempeñar las redes de alta velocidad en los centros de datos.

La enorme cantidad de información necesaria para entrenar y ejecutar modelos de IA ha requerido conexiones mucho más rápidas entre los procesadores individuales, así como entre las diferentes máquinas que se ejecutan dentro de los centros de datos. Hock Tan, director ejecutivo de Broadcom, estimó que las redes representarán el 40 por ciento de las ventas de chips de IA de su empresa para finales de este año.

Mientras tanto, las acciones del fabricante de software Oracle, una empresa que llegó tarde a la nube, subieron un 17 por ciento tras la noticia de un acuerdo para entrenar los grandes modelos lingüísticos de OpenAI en su infraestructura de nube. El acuerdo implica llevar el servicio de nube Azure del socio de OpenAI, Microsoft, a un nuevo y gigante centro de datos de Oracle, una relación entre dos de los enemigos más antiguos de la industria tecnológica que alguna vez habría sido impensable.

En otros lugares, incluso Hewlett Packard Enterprise, que parecía perderse la creciente demanda de servidores de IA que ha impulsado a sus rivales Supermicro y Dell, finalmente tomó un respiro en Wall Street. Sus acciones subieron un 24 por ciento después de las ganancias cuando los inversores reevaluaron su posición en el auge de la IA.

A medida que noticias como ésta han alimentado las esperanzas de que el auge de la IA se esté extendiendo a más proveedores, varias cosas están quedando claras. Una es que el impacto parece generalizado y abarca muchas partes diferentes de la “pila tecnológica”: la jerarquía de componentes, desde chips hasta software, necesarios para ejecutar los complejos sistemas de TI actuales.

Nvidia todavía está posicionada para ser, con diferencia, la mayor ganadora. La mayoría de sus ventas no provienen de chips individuales sino de servidores completos, a menudo conectados en red en racks completos. Obtener el mejor rendimiento proviene de ajustar cada elemento de estos sistemas para que funcionen juntos, utilizando las tecnologías patentadas de Nvidia en áreas como las redes.

Los mayores clientes de Nvidia están desesperados por reducir su dependencia de la empresa y están presionando para que se adopten nuevos estándares en todo, desde redes hasta software de inteligencia artificial, que permitirían que surjan más competidores. Pero esas iniciativas llevarán tiempo.

Las mayores empresas de tecnología también están ampliando su participación directa en más partes de la infraestructura requerida por la IA. Una parte clave del anuncio de IA de Apple la semana pasada, por ejemplo, involucró la noticia de que está diseñando sus propios servidores, supuestamente basados ​​en diseños de chips internos. Apple ya ha tomado el control de la mayoría de los componentes clave de sus teléfonos: es probable que se produzca una medida similar en el centro de datos, ya que las demandas de la IA le obligan a llevar una mayor parte del procesamiento de los datos de sus clientes a sus propias instalaciones.

Un resultado de medidas como ésta es que los modelos de negocio de los proveedores han tenido que adaptarse, lo que ha llevado a empresas como Broadcom a desempeñar funciones de apoyo a medida que los clientes toman más control. Los llamados “hiperescaladores”, las empresas de nube más grandes, también están pasando a representar una mayor proporción de la demanda general, lo que lleva a la dependencia de una base más estrecha de grandes clientes. Eso aumentará la vulnerabilidad de los proveedores en cualquier crisis. Pero por ahora, Wall Street está obsesionado con cuántos barcos tecnológicos serán levantados por la creciente ola de IA generativa.

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