La industria de artículos deportivos enfrentará una multitud de desafíos en 2024 y, sin embargo, la industria es cautelosamente optimista sobre el futuro. Al menos eso es lo que se desprende del informe de este año sobre industrias de artículos deportivos de la Federación Mundial de la Industria de Artículos Deportivos (WFSGI) y la consultora McKinsey & Company. El informe denominado “Artículos deportivos 2024 – Es hora de moverse”, basado en resultados de investigaciones de mercado, encuestas a consumidores y entrevistas con tomadores de decisiones de la industria, destaca tanto el año pasado como las oportunidades y desafíos para 2024.
La industria de artículos deportivos fue sólida en 2023
El año pasado, la situación económica mundial afectó negativamente al comportamiento de los consumidores y provocó un exceso de existencias en los almacenes de artículos deportivos. Sin embargo, la industria parece sólida en general, con un crecimiento de las ventas globales del seis por ciento en 2023. El año anterior, el crecimiento fue solo de alrededor del dos por ciento.
América Latina lideró el crecimiento de las ventas en 2023, con un aumento del 22 por ciento en 2023. En Europa occidental, los fabricantes de artículos deportivos registraron un crecimiento de las ventas del ocho por ciento, mientras que Asia Pacífico terminó el año con el once por ciento y Estados Unidos con el seis por ciento. Sin embargo, un cambio claro y las mayores diferencias se dieron principalmente en el panorama competitivo. Mientras que las grandes empresas de marca, los llamados actores globales, siguen dominando el mercado en América Latina con alrededor del 90 por ciento, los proveedores locales en China se están consolidando cada vez más. Según el informe, los proveedores locales tienen ahora una cuota de mercado de alrededor del 60 por ciento de las 20 marcas más importantes.
Oportunidades futuras y perspectivas para 2024
Para 2024, el 90 por ciento de las empresas encuestadas esperan ventas y márgenes estables o mejorados. Sin embargo, el 81 por ciento ve los mayores desafíos en los inventarios, que inmovilizan el capital, y la inflación persistente, que continúa desacelerando el consumo. La escasez de trabajadores cualificados y las crecientes regulaciones para una producción sostenible representan un desafío para el 50 por ciento.
“El año 2024 seguirá caracterizándose por la incertidumbre, pero también ofrecerá oportunidades”, afirma Alexander Thiel, socio de McKinsey en Zúrich. «A medida que la población mundial continúa creciendo y más personas buscan estilos de vida más saludables y activos, las marcas, los minoristas y los fabricantes tienen potencial de crecimiento a pesar del difícil entorno del mercado».
Según el informe, tres tendencias y desarrollos innovadores serán particularmente notables después de 2024. Por un lado, deportes que antes eran menos populares, como el pickleball o el golf fuera de campo, están abriendo nuevas oportunidades de crecimiento. Ambas actividades deportivas experimentaron un notable aumento en la demanda de 2019 a 2022, con un crecimiento del 159 por ciento para el pickleball y del 57 por ciento para el golf fuera del campo.
Por otro lado, las perspectivas de la gente sobre los deportes están cambiando, lo que también está cambiando la demanda. La gente está cada vez menos interesada en productos individuales y más en soluciones integrales, orientadas a la salud y a la actividad. Por lo tanto, muchas empresas siguen “estrategias ecosistémicas” que van más allá de sus propios canales de ventas y gamas de productos. La atención se centra aquí en asociaciones para mejorar la experiencia del cliente, lo que lleva a nuevos modelos de creación de valor, como suscripciones, menores costos de adquisición de clientes y la posibilidad de venta cruzada.
Los crecientes requisitos regulatorios para una producción más sostenible son menos una tendencia y más una necesidad. Estos requieren que las empresas implementen objetivos correspondientes en sus procesos y regulaciones. Las empresas más pequeñas, en particular, se han fijado objetivos ambiciosos de sostenibilidad, pero hasta la fecha faltan medidas concretas para alcanzarlos de forma efectiva.