Las lágrimas se han ido. Derramó mucho el jueves. “Lloré durante tres horas, sin parar -reconoció- y nunca me había pasado en la vida, quizás porque nunca había perdido a alguien tan querido para mí. Pero me hizo bien, fue un llanto liberador. Después un día devastador, amanecí con el corazón más ligero. Ahora tengo una nueva energía dentro de mí, una energía hermosa. Elena estará compitiendo conmigo”.
Enfocado
—
Sofia Goggia ha metabolizado el luto: la noticia de la muerte de Elena Fanchini, que barrió como un tsunami a la selección el miércoles por la noche, la hizo caer en picada, como a todas las azzurri. Pero ahora está lista, concentrada, cargada de nuevo, para ir a conquistar el único éxito que le falta: el oro mundial en descenso, ella que puede lucir el olímpico y tres mundiales en la especialidad. Ella, que ganó cuatro de seis carreras este año, y también obtuvo un segundo lugar. Y eso que en los Campeonatos del Mundo ya ha deslizado dos medallas, una de plata en supergigante y otra de bronce en gigante.
Problemas y victorias
—
Ella es la gran favorita, sin rodeos. Sus últimas seis temporadas así lo dicen, a pesar de estar plagadas de lesiones. Como esta misma temporada: la mano rota en St. Moritz, el resbalón en supergigante en St. Anton, el de la segunda bajada de Cortina, el del entrenamiento la semana pasada en el sprint del Paso de San Pellegrino. Dolores, dudas, gusanos, inseguridades para traspasar su coraza. Y la necesidad de mantener un perfil bajo en las últimas semanas: palabras con cuentagotas, pocos contactos con el mundo exterior, incluso la necesidad de irse seis días, a Dubai, para encontrar los mecanismos ganadores.
Para el trío azul
—
Minuto de silencio antes de la salida, durante el último adiós a Elena en su Pian Camuno, luego un pensamiento para la antigua compañera de tantos días felices, luego bajada con luto en el brazo y dorsal número 6, a velocidad de vértigo desde el Roc de Fer, el track que hasta ahora solo ha hablado en italiano: oro para Federica Brignone en combinada, oro para Marta Bassino en supergigante, y si el de ella llega también, ya hemos igualado el marcador en Sestriere ’97. Sofía ahora es habladora de nuevo. La última prueba, claramente el tiempo más rápido, le dio las respuestas que estaba buscando. “Solo hay algunos detalles que resolver, tal vez para agregar esos 3 km/h adicionales de velocidad que realmente pueden marcar la diferencia en ciertas curvas. Pero están todas las herramientas para hacerlo bien. Me encontré de nuevo. Lucidez, concentración, el deseo de volar. Estoy de vuelta en la puerta de una Copa del Mundo (Sofía se saltó Cortina hace dos años debido a una lesión, ed.). Es el sueño de todo niño, ¿qué más quiero? No, realmente no me siento ninguna presión. Y si alguna vez lo escucho, intentaré usar el mío en el esquí exterior, que es la mejor manera de alejar la presión innecesaria. ¿La pista? Hermosa. La mayor dificultad es poder interpretar las líneas en cierto giros, sobre todo los más largos. Pero lo tengo todo en la cabeza”. Anda Sofi, el oro te espera. Y es oro que vale el doble.
11 de febrero – 08:03
© REPRODUCCIÓN RESERVADA