Fuentes del gobierno dicen que hay “serias preocupaciones” sobre los planes que se llevarán a cabo. Según los informes, Abramovich se niega a aceptar “una estructura de ventas que les dé a los ministros la confianza de que las ganancias se destinarán a obras de caridad”. El empresario ruso había prometido esto en una etapa anterior.
El consorcio quiere pagar 2.500 millones de libras para comprar el Chelsea a Abramovich. Además, los estadounidenses prevén invertir 1.750 millones de libras, convertidos casi 2.000 millones de euros, en el club. La intención es que el importe de la adquisición (convertido casi 3 mil millones de euros) se destine a organizaciones benéficas.
Abramovich vende el club por las sanciones que le impusieron tras la invasión rusa a Ucrania.