Ine Van Wymersch (43) trabaja desde abril como comisaria nacional de drogas. No para decirle a cada uno cómo hacer su trabajo, sino para crear un laboratorio en el que se pueda probar qué daña y qué no a los delincuentes. “Mi trabajo es como la acupuntura. Se lo ponemos mucho más difícil a los delincuentes colocando algunas agujas dirigidas, en lugar de simplemente pedir más gente armada”. Así quiere abordarlo Van Wymersch.
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