Los dos fueron protagonistas de varios momentos de tensión en la noche del Olímpico, refunfuños con compañeros y más
La desastrosa caída del Inter en el Olímpico no solo dejó al descubierto errores individuales y tácticos. Los observadores más atentos, gracias a las cámaras utilizadas para vivisectar cada fragmento de lo que sucede en el terreno de juego, no se perdieron las numerosas escenas de nerviosismo que envolvieron a todos los nerazzurri, en particular a los dos amigos de la piel, Barella y Brozovic.