¿El elixir de la vida? Si el estilo de vida importa mucho, la longevidad también es una cuestión de genes. De hecho, los científicos han identificado en el ADN de personas longevas la variante de una proteína que podría alargar la vida de quienes la tienen desde el nacimiento pero también de otros individuos a través de la terapia génica. Tal como lo confirma este nuevo estudio


L¿elixir de vida? La ciencia lleva años preguntándose cuál es el secreto de la longevidadese mecanismo, o esos mecanismos, capaces de explicar por qué algunas personas parecen envejecer mejor que otras Y vivir mucho más tiempo del promedio Mantener una buena salud en sus últimas etapas de la vida.

La conclusión a la que llegan los estudios realizados hasta la fecha es que, si el estilo de vida importa muchoel la longevidad también es una cuestión de genes. Genes que parecen dar a sus dueños la esperanza de vivir más que la media pero que también representan una posibilidad terapéutica importante.

Rejuvenecer el corazón: el estudio italiano

Recientemente fue un estudio coordinado por el Grupo MultiMedica Y de la Universidad de Brístol para mostrar cómo lo que ahora se ha definido como el “proteína de longevidad”Por qué muy frecuente en personas mayores de cien años de vidapuede ser en el futuro utilizado eficazmente a través de la terapia génicapara rejuvenecer y mantener saludable uno de los órganos más importantes del cuerpo humano: el Corazón.

La proteína de la longevidad

Pero, ¿qué se entiende por proteína de longevidad y cómo llegamos a identificar este tipo de elixir de vida ¿genético?

«A través de años de estudio del ADN de centenarios, hemos identificado en su código genético la variante de una proteína que les confiere capacidades protectoras. – explica Hannibal Puca, jefe de laboratorio en IRCCS MultiMedica y profesor de la Universidad de Salerno, que en los últimos veinte años ha concentrado su actividad investigadora en este tema – Al hacer la comparación con el ADN de personas normales hemos notado específicamente que se observó una variante de la proteína BPIFB4 en el ADN de los centenarios que llamamos TRABAJAR (Variante Asociada a la Longevidad)».

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Los efectos de la proteína de la longevidad en el corazón

Entre los efectos beneficiosos de esta proteína estaría precisamente el de mantener la salud del corazón.

«Ya habíamos estudiado, con el profesor Carmine Vecchione de la Universidad de Salerno y el IRCCS Neuromed, uno de los principales expertos en el tema, la efectos de esta proteína en vasos diabéticos o envejecidos – vuelve a explicar el profesor Puca – Habíamos observado que esta proteína mutada tuvo un efecto beneficioso sobre la función de los vasos, observándose un aumento de la reactividad vascular. De hecho, tanto con la diabetes como con el envejecimiento, los vasos pierden su capacidad de relajación y esto conlleva riesgos de Hipertensión y formación de trombos. De estas premisas llegamos luego a la conclusión de que la proteína, en su variante, podría garantizar efectos beneficiosos también para bloquear la progresión de la aterosclerosis».

Longevidad y corazón: el estudio

La nueva investigación, realizada in vitro e in vivo, e publicado hoy en Investigación cardiovascularpor lo que representa un paso más en este sentido.

Como parte del estudio in vitro, realizado por el equipo de MultiMedica, coordinado por el profesor Annibale Puca, le células cardíacas de pacientes ancianos con problemas cardíacos y sometidos a trasplante, provenientes de la Autoridad Sanitaria Universitaria Integrada de Udine, eran de hecho en comparación con los de individuos sanos.

Células de pacientes con problemas cardíacos, especialmente aquellas que ayudan a construir nuevos vasos sanguíneos, llamadas ‘pericitos‘, eran de menor rendimiento y más ancianos que los de los individuos sanos. Sin embargo, añadiendo la proteína LAV-BPIFF4 al medio de cultivo de estas célulaslos investigadores presenciaron un proceso real de rejuvenecimiento cardíaco: i es decir, los pericitos de pacientes ancianos y enfermos han vuelto a funcionar correctamente.

“Observamos que la proteína ayudó a mejorar el rendimiento de los pericitos y reducir su componente de envejecimiento. – explica el profesor Puca – Cuando entonces, en la fase in vivo realizada por Profesor Paolo Madedu en Brístol, los ratones fueron tratados con esta proteínase observó un resultado similar. Es decir, el corazón enfermo de un ratón anciano vuelve a funcionar como el de un ratón más joven si se trata con la proteína mutada. Esto demuestra que no es solo la proteína útil en la prevención de enfermedades del corazón pero también logra curar y garantizar una recuperación del envejecimiento».

Proteína de longevidad: nuevas perspectivas terapéuticas

Este resultado obtenido en ratones correspondería, según los investigadores, a un rebobinando el reloj biológico del corazón del hombre de más de 10 años.

Por lo tanto, desde un punto de vista práctico, si la evidencia que surgió en este último estudio, financiado por la Fundación Británica del Corazón y de Ministerio de Salude italiano, fueron confirmados por ensayos clínicos, en el futuro podría adoptarse una terapia con la proteína LAV-BPIFF4 para el rejuvenecimiento del sistema cardíaco.

«Esperamos poder probar su eficacia próximamente también en ensayos clínicos en pacientes con insuficiencia cardiaca. – vuelve a subrayar el profesor Puca – Claramente el trabajo aun es largo porque para usar esta proteína en pacientes es necesario pasar por protocolos que requieren la síntesis de esta proteína en un sistema GMP (Buenas practicas de manufactura) y diferente etapas preclínicas y clínicas».

La importancia de estos estudios.

Este tipo de estudio, sin embargo, abre conocimientos clínicamente importantespor varias razones.

“Estos resultados indican que puede haber otras proteínas para descubrir y luego eso existe la posibilidad de intervenir sobre los principios comunes que subyacen a muchas enfermedades. – concluye el profesor Puca – Dado que el envejecimiento es uno de los principales factores de riesgo para muchas patologías, estos estudios nos permiten comprender que si podemos influir en los procesos que regulan el envejecimiento, podemos llegar a prevenir muchas enfermedades. En resumen, entendimos que esta proteína mutada, extraída del genoma de los centenarios, puede transformarse en un fármaco biológico para intervenir en diversos contextos patológicos”.

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