Para los entusiastas de los dinosaurios, encontrar el cráneo de triceratops más grande es el mayor logro posible. Los paleontólogos del Museo Prehistórico de Boxtel encontraron por casualidad el cráneo de dos metros de largo durante un trabajo de campo en Estados Unidos. El miércoles, el “santo grial de la prehistoria” llegó al museo entre un enorme interés.
Retrocedamos en el tiempo hasta principios de junio. Un equipo de cuatro paleontólogos del Museo de Prehistoria estaba realizando trabajos de campo en el estado de Wyoming, Estados Unidos. Uno de ellos sufrió una hemorragia nasal y tuvo que ser vigilado.
En ese momento su colega descubrió un cuerno en la arena que seguía corriendo. Y sí, ese resultó ser el cráneo del triceratops. El cráneo fue extraído del suelo con la ayuda del terrateniente y luego enviado a los Países Bajos.
“El cráneo sobrevivió al viaje de dos semanas.”
Y eso llama la atención. Mucha prensa se reunió el miércoles por la tarde en el Museo Prehistórico de Boxtel. Un camión que transporta una enorme caja que contiene el cráneo del triceratops avanza hacia atrás hasta el lugar.
Una vez dentro, se abre el ataúd con cuidado. El enorme cráneo todavía se encuentra actualmente envuelto en yeso y tela. Todo para garantizar que los restos de Veronika, como los empleados llamaban cariñosamente al dinosaurio, lleguen sanos y salvos. Con éxito: “Sobrevivió al viaje de dos semanas”, dice el curador Jonathan Wallaard. “Me alegro de que el cráneo haya llegado intacto. Ahora podemos empezar a desembalarlo”.
“Esta será una obra maestra en nuestro museo”.
Y desempacar puede llevar un tiempo. “Es un trabajo que requiere mucho tiempo y es muy preciso”. De hecho, en total podría tardar hasta un año. “Primero hay que quitar el yeso. Luego lijaremos y perforaremos las piedras que se hayan pegado. Luego prepararemos el cráneo para la exposición. Esto nos mantendrá ocupados por un tiempo”.
Dado el tamaño del animal, esto no es sorprendente. Wallaard explica que el triceratops puede crecer hasta unos ocho metros. “Y este cráneo mide unos dos metros de alto y todavía está en óptimas condiciones”, sonríe el curador.
Por eso, según el comisario, la espera vale la pena. “Desde fuera ya se puede ver que se trata de una calavera preciosa. Quizás la más bella de Europa. Será una obra maestra en nuestro museo”.