De vuelta en Salerno, fue el más célebre de todos. Pero ahora la Premier también le echa encima
En el San Paolo todos esperaban al Mesías de Olusosun, barrio dormitorio y basurero de Lagos, y en su lugar al delantero de La Zup, barrio popular de Oyonnax, municipio francés fronterizo con Suiza, pero goleador de corazón. en Dakar, ha llegado. Sí, el gol del Scudetto de Osimhen, el chico de Lagos, Nigeria, se esperaba en Nápoles, a solo un gol de convertirse en el mejor goleador africano en la historia de la Serie A, alcanzando al liberiano George Weah del Milan con 46 goles. En cambio, el senegalés, de origen y familia, Boulaye Dia, de 26 años, acertó una de las mejores compras de esta temporada teniendo en cuenta también el rendimiento y el módico precio. Sí, porque el delantero que pospuso los sueños de gloria del napolitano, descubierto por el Reims (Francia) entre los aficionados recién con 22 años, le costó a Salernitana menos de 14 millones de euros, entre cesión (1,8 millones) y rescate fijado en 12.
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Solo que ahora, tras 12 goles -igualando el récord de Marco Di Vaio para un delantero del Salerno en una temporada de Serie A- y 6 asistencias, la Premier ha puesto sus ojos en el ex del Villarreal senegalés. Aunque el director deportivo del granada De Sanctis explicaba ayer: “Sobre todo en Dia, en verano, no había conciencia de lo fuerte que era. Después de la salvación discutiremos las cosas con él, tenemos la fuerza contractual para mantenerlo y lo mantendremos cerca. Da testimonio del gran trabajo de nuestro club, del presidente y también de la visión borrosa que se tiene sobre el talento de este jugador. De hecho, Boulaye no es un bombardero cualquiera. En su currículum tiene un gol en el último Mundial contra Qatar. Uno en la clasificación para la Copa del Mundo y dos recientemente en marzo para la fase de clasificación de la Copa Africana. Con los clubes también marcó en Champions ante el Liverpool, en la ida de semifinales, dando pie a una remontada que luego se desvaneció. Y otros 5 goles en LaLiga. Sí, la temporada pasada la había cerrado con 7 centros, mientras que en la 2020-21 había firmado 16 goles en el Reims en la Ligue 1 y la copa nacional.
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Ayer Paulo Sousa dijo de él: “Está marcando la diferencia en la concreción, los muchos goles, los pases, lo necesitamos como locos para sumar puntos, es un jugador fuerte”, casi maravillándose ante el asombro de los demás. Criado en el club Jura Sud Foot, estudiado varias veces por el Lyon, que luego lo abandonó, a los 20 años empezó a trabajar como electricista para mantener a su familia, debido a los problemas de salud de su padre. Ese papá que no quería que fuera futbolista y que lo llevó a casa a los 12 años antes de llegar a Saint-Etienne para una audición, luego de que el viejo Renault de la familia se estropeara. Aficionado a malabaristas como Ronaldinho y Robinho, Dia siempre ha tenido las ideas claras: uno de los hermanos mayores Harouna dijo que Boulaye a los 7 años dijo: “Cuando sea grande, tengo experiencia en el fútbol y todos saldremos de esta”. situación de pobreza”. Palabra mantenida. Y en Salerno, tras su gol, estalló la fiesta, con 3.000 aficionados llegando al estadio de Arechi para agradecer al equipo con cánticos, bombas de humo y fuegos artificiales. Dalo todo. Con muchas burlas a los napolitanos como “¿Era la mano de Dia” o “Scudetto? No es el DIA” o de nuevo la “izquierda de Dia”, frente a la del napolitano Dios. Si Nápoles no llora de todos modos, Salerno ciertamente se ríe.
1 de mayo – 08:51
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