Desarrollo sostenible, Italia solo mejora en energía y trabajo en comparación con antes de Covid


Los efectos de la emergencia sanitaria provocada por el Covid han marcado el camino de Italia hacia los objetivos de desarrollo sostenible incluidos en la Agenda 2030 de la ONU: en comparación con la situación previa a la pandemia, el nivel registrado en 2021 sigue siendo inferior al de la mayoría de los indicadores (10 de 17), mientras que las mejoras se registran solo para dos “objetivos”, a saber, energía limpia y trabajo y crecimiento económico. Esto es lo que se desprende del informe del Informe Asvis 2022 presentado con motivo de la apertura de la sexta edición del Festival de Desarrollo Sostenible organizado por la Alianza Italiana para el Desarrollo Sostenible, la mayor red de la sociedad civil italiana, activa desde 2016 con el misión de promover la Agenda 2030 de la ONU en la sociedad italiana.

El balance de la década: ocho objetivos mejoran

La situación es diferente si evaluamos el largo plazo, porque entre 2010 y 2021 hay mejoras para ocho objetivos: agricultura y alimentación sostenible, salud, educación, igualdad de género, sistema energético, innovación, producción y consumo responsable, lucha contra el cambio climático. Sin embargo, hay un deterioro general de cinco «metas»: pobreza, agua, ecosistema terrestre, instituciones sólidas y cooperación internacional. Mientras que la situación se mantiene sustancialmente sin cambios para cuatro objetivos: condiciones económicas y de empleo, desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles y protección de los ecosistemas marinos.

Las propuestas a la política

En 2018, antes de las elecciones, Asvis propuso un decálogo de acciones a todas las fuerzas políticas, muchas de las cuales se sumaron a la iniciativa. Algunas de esas propuestas se han hecho realidad: sobre todo la inclusión en la Constitución de la protección del medio ambiente y el principio de justicia intergeneracional pero también la transformación de la Comisión Interministerial de Planificación Económica (CIPE) en una Comisión Interministerial de Planificación y Desarrollo Económico sostenible. La Alianza ha replicado la experiencia, presentando a las fuerzas políticas antes de las elecciones del 25 de septiembre diez propuestas de carácter transversal que ilustran las prioridades para nuestro país.

Entre otras cosas, el Decálogo llama a la aplicación efectiva de los nuevos principios constitucionales vinculados al desarrollo sostenible y a las jóvenes y futuras generaciones y, pensando en las nuevas Cámaras que se reunirán por primera vez el 13 de octubre, a integrar el desarrollo sostenible en la reorganización de las comisiones parlamentarias. También se insta a la implementación concreta de las prioridades transversales del PNR y en particular para garantizar la igualdad de género efectiva, crear un plan de trabajo para los jóvenes, enmarcado en un pacto por el empleo juvenil, reducir significativamente las desigualdades territoriales, potenciando el papel del Sur, considerar la transición digital como un factor habilitador para acelerar la respuesta a los desafíos sociales y ambientales de nuestro tiempo.



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