Con lemas como ‘Cambiar la política, no el clima’, ‘No hay Planeta B’ y ‘¿Cuántas crisis antes de que se tomen medidas?’ los activistas marcharon por Bruselas. 96 organizaciones de todo el país se han reunido para llevar el tema del clima a un lugar más alto en la agenda política. Media hora antes del pistoletazo de salida, ya estaban presentes muchos miles de activistas.
Por el momento, la marcha es agradable, pero tranquila. La procesión partió de Bruselas-Norte y luego avanzó a lo largo de Kruidtuinlaan y Kunstlaan hasta Wetstraat. Mientras tanto, la marcha ha llegado al Parque del Cincuentenario. Los muchos miles de activistas fueron recibidos por una orquesta y los participantes aún pueden disfrutar de un refrigerio y una bebida en el parque. La marcha climática concluirá con discursos de algunos de los iniciadores.
La Coalición Climática estima el número de participantes en la marcha climática en Bruselas el domingo en alrededor de 30.000. La organización basa esto en cifras de socios de telecomunicaciones. La policía de Bruselas estima que hubo 25.000 participantes en la marcha climática de la Coalición Climática.
No solo el curso en sí, sino también varios túneles a lo largo de él están cerrados, lo que provoca las molestias de tráfico necesarias. El sendero ahora se está reabriendo al tráfico paso a paso.
Conferencia Internacional del Clima
La marcha es una iniciativa de la Coalición Climática paraguas, que incluye organizaciones ambientales, sindicatos, asociaciones juveniles y movimientos ciudadanos. El motivo concreto es la Conferencia Internacional del Clima que tendrá lugar del 6 al 18 de noviembre en Sharm-el-Sheikh, Egipto. No obstante, los organizadores también se dirigen a las autoridades nacionales y regionales de nuestro país.
“Afortunadamente, los años en los que tuvimos que salir a la calle por ambición y urgencia han quedado atrás”, dice Zanna Vanrenterghem de la Coalición Climática. “Ahora principalmente salimos a las calles porque necesitamos acciones concretas en la historia de la energía y en torno a la agricultura”.
La Coalición Climática exige, entre otras cosas, un impuesto a los beneficios excesivos de las empresas energéticas y un pacto de vivienda y energía, pero también atención a la presión sobre el sistema alimentario mundial, que sufre sequías e inundaciones provocadas por el cambio climático.
“La crisis energética y la crisis climática van de la mano”, dice Vanrenterghem. “La naturaleza y la factura tienen un enemigo común: los combustibles fósiles. Porque estamos aferrados a los combustibles fósiles en un modelo muy antiguo, somos un juguete de los precios del gas y el petróleo. Necesitamos avanzar hacia una energía totalmente renovable donde las personas puedan generar y compartir su propia energía”.