Mi esposa y yo estábamos dando un paseo por el bosque siguiendo una descripción de ruta. La tarea era «ignorar los caminos laterales y girar a la izquierda en la primera intersección de caminos». Después de pasar por varios caminos laterales, me pareció ver un cruce un poco más adelante y le pregunté a mi esposa: “¿Eso es un cruce?”. En ese momento pasó junto a nosotros una señora con un perro y reaccionó como picada por una avispa: “¡Ese no es un cruce, ese es un bulldog francés! ¡Un francés!» Muy molesta, se alejó dejándonos desconcertados.
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