COLUMNA. Reinhilde Decleir murió a los 73 años. Eso es joven. Me hubiera encantado verla interpretar a la bisabuela también.

Todos los sábados, nuestra columnista Nadine Van Der Linden repasa la semana. La muerte de Reinhilde Decleir le hace pensar en el número 73. No hay edad en la que los obituarios mencionen que es ‘demasiado joven’, pero tampoco se puede llamar viejo. Un setenta no es todavía ochenta o noventa. “Cuando ‘ser viejo’ me parecía una olla, ahora puedo ver las sombras de este gran grupo”.



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