La cuestión costera promete ser uno de los temas más delicados de la cumbre prevista para mañana a las 10 horas entre Giorgia Meloni, Matteo Salvini y Antonio Tajani. Las diferentes posiciones del centroderecha en los últimos meses no han ayudado a desentrañar la compleja cuestión, pero ahora el primer ministro ha decidido acelerar. Como explican fuentes mayoritarias, más que el riesgo de sanciones de la Unión Europea por el incumplimiento de la directiva Bolkestein, lo que preocupa son los municipios que han comenzado a moverse sin ningún orden en la licitación de las playas. Por eso la primera ministra también abordó el tema en la primera reunión que mantuvo tras regresar de vacaciones, es decir, la que mantuvo con Raffaele Fitto, el candidato in pectore al cargo de comisario italiano de la UE.
Negociaciones con Bruselas
No se espera que sea fácil encontrar una solución a un problema de larga data, que en los últimos meses también ha creado tensiones entre la mayoría y desembocado en el verano en un cierre patronal por parte de los empresarios playeros (una categoría generalmente cercana al centroderecha). ), que llevan tiempo pidiendo un marco regulatorio determinado y salvaguardando el valor corporativo de las fábricas. El intento del gobierno de posponer las elecciones un año, hasta 2025, sobre el cual el presidente de la República Sergio Mattarella había advertido severamente en febrero de 2023, fue frenado por el Consejo de Estado. Fitto lleva tiempo trabajando en un compromiso aceptable para la Comisión, pero hasta ahora la coalición, apoyada sobre todo por la Liga y por Fi, ha prevalecido en insistir en cartografiar las costas (rechazado por la UE) para demostrar que la libertad recurso de playa no es escaso y, por tanto, no debería aplicarse la Directiva Bolkestein.
Riesgo de remisión al Tribunal de Justicia
En los últimos días Salvini ha señalado como prioridad la preferencia para los concesionarios salientes y la compensación por los trabajos realizados. Una solución no se considera nada sencilla, mientras las conversaciones entre Roma y Bruselas continúan a alto nivel y de manera confidencial. Entre los argumentos que esgrime el Gobierno, también estaría un posible incremento del orden del 10% en los cánones mínimos de concesión, que tras un aumento del 25% en 2023 cayeron hasta los 3.225,50 euros en 2024. Si se rompiera el estancamiento, no se excluye que la solución podría desembocar en un decreto que salve las infracciones en un plazo no demasiado largo. De lo contrario, el proceso de la Comisión está destinado a continuar, con Italia remitida al Tribunal de Justicia Europeo y un caso que podría durar meses, con sanciones difíciles de evitar.
Municipios sin ningún orden en particular
El problema inmediato, explican fuentes mayoritarias, es que a falta de un marco claro, y también a la luz de la advertencia del Antimonopolio sobre la necesidad de evitar nuevas prórrogas, los municipios están llevando a cabo las licitaciones con diferentes criterios y plazos. Lignano Sabbiadoro, por ejemplo, prevé concesiones de hasta 15 años, mientras que Gaeta pretende recompensar a quienes garanticen servicios e inversiones sin consumir suelo estatal y fija el límite de una concesión por empresario.