El Kremlin se sorprendió tanto por el tamaño como por la vehemencia de la resistencia ucraniana después de la invasión, mientras que las fuerzas armadas de Rusia están lidiando con «problemas de su propia creación», dijo el jefe de inteligencia militar Jim Hockenhull.
La estrategia de agotamiento del adversario implicará un «uso imprudente e indiscriminado» de la potencia de fuego y provocará más víctimas civiles, la destrucción de la infraestructura ucraniana y una mayor crisis humanitaria, advirtió Hockenhull.
Funcionarios de inteligencia occidentales encuentran afirmaciones creíbles de que las tropas ucranianas mataron al menos a 10.000 soldados rusos. Se dice que seis altos oficiales rusos, incluidos generales, fueron asesinados.
Tropas de reserva
Según los informes, Moscú está movilizando tropas de reserva para absorber las pérdidas. Es probable que estas tropas estén mal equipadas y tengan la moral más baja en comparación con las unidades profesionales ya enviadas a Ucrania, dijo un funcionario.