¿Alberto Stegeman está empezando a convertirse en una parodia de sí mismo con sus enfrentamientos entrecortados y sus gritos teatrales? La diva de opinión de AD, Ángela de Jong, así lo cree. “Es vergonzoso.”
La gente que hace zapping un domingo por la tarde tarde o temprano caerá en la trampa: Alberto Stegeman que está en algún lugar de la calle gritándole a algún coco o coco. Anoche volvió a suceder: delante de 468.000 espectadores, gritó a todo pulmón en algún lugar de una zona residencial de Stegeman op de Bres.
‘Alberto quiere marcar’
Alberto es llamado por una pareja de ancianos, cuyo hijo Jamie quedó gravemente discapacitado hace unos años y su entonces esposa Charity le dejó una enorme deuda. Se dice que utilizó ciertos fondos para vivir cómodamente, pero ahora ella misma está reestructurando su deuda. Un asunto privado bastante espinoso.
Privado o no: Alberto huele sensaciones a cien kilómetros de distancia, por lo que inmediatamente se dirigió allí con una cámara. “El problema de Alberto es que tiene tantas ganas de marcar que no puede dosificar”, escribe hoy Ángela de Jong en una mordaz columna en el periódico. ANUNCIO.
voz quebrada
Con Alberto siempre es demasiado, dice Ángela. “Grita y refunfuña con demasiada frecuencia con la voz quebrada ante la gente y en situaciones en las que eso sólo juega en su contra. Como resultado, apenas puedo tomarlo en serio como espectador”.
Alberto también empezó a gritarle muy fuerte a aquella Caridad: “¿Estás enojada conmigo? ¡Estoy enfadada contigo!” Muy ruidoso, en medio de la calle. Charity se muestra inicialmente benevolente, pero está tan asustada por el ruido que en cierto momento se aleja en bicicleta. Después de lo cual Alberto vuelve a correr tras él. Todo para esa foto sensacional…
‘¡Como si fuera Taghi!’
En realidad, Alberto está tratando con demasiada dureza a una organización benéfica así, piensa Ángela. “Al final hubo un enfrentamiento en medio de una intersección muy transitada en el que Stegeman le gritaba y despotricaba a Charity como si fuera Taghi en persona. No es que haya logrado nada. Fue sobre todo vergonzoso y vergonzoso. Pero la picota estaba ahí”.
Alberto está satisfecho, concluye Ángela. “Había vuelto a llenar su transmisión”.