Adorni, el funeral en Parma con Colnago y Prodi: "fue un ejemplo de estilo"

Despedida del campeón de Parma, ganador del Giro de 1965 y campeón del mundo de 1968, en privado en la iglesia de San Sepolcro: tenía 85 años. También estuvieron presentes el entrenador Bennati, Bugno, Cassani y el director del Giro, Vegni. La corona de flores de la UCI, el mundial federciclo

por nuestro corresponsal Luca Gialanella

Solo una corona: fue enviada por la UCI, la federación mundial de ciclismo, de la cual Vittorio Adorni fue un alto directivo durante más de veinte años, en particular, el presidente del consejo de ciclismo profesional. “De la familia Uci al querido amigo Vittorio”, decía la cinta. Parma cumplió con los deseos de la familia de celebrar el funeral privado de Adorni, fallecido a los 85 años en Nochebuena: ganador del Giro de 1965, campeón del mundo en Imola 1968. Cerca de un centenar de presentes, entre familiares y grandes nombres de su ciclismo: Ernesto Colnago el primero en llegar, junto a Gianni Bugno; luego el entrenador Daniele Bennati y el director del Giro, Mauro Vegni, acompañados por el director de carrera Stefano Allocchio, Davide Boifava y Valentino Campagnolo, Davide Cassani y Bruno Reveberi, Raffaele Babini y muchos ex profesionales como Casalini y Torelli. Su esposa Vitaliana y sus hijos Vanni y Viviana abrazan cariñosamente a sus compañeros de toda la vida.

Con Giorgio Cimurri llega el profesor Romano Prodi, amigo de toda la vida de Adorni, desde aquella primera carrera cuesta arriba, Reggio Emilia-Casina en 1955, ganada por Adorni con Prodi séptimo: “Siempre le dije que él tenía 18 años y yo 16 – recuerda Prodi-. Piensa que descubrimos nuestra presencia en esa carrera por casualidad cuarenta años después, y nos reímos como locos… Qué estilo tenía Vittorio, era un hombre con estilo. Fue el último gran político deportivo italiano. Un aprecio por el estilo y la inteligencia de la persona, porque le ha quedado la elegancia”.

Por su parte, Ernesto Colnago recuerda dos episodios: “Adorni corrió con Philco en 1962, Fiorenzo Magni estaba allí como director deportivo y yo como mecánico. Había mucha estima con Vittorio, era cinco años menor que yo, y siempre me preguntaba, quería saber. Y luego el Campeonato del Mundo en Imola en 1968, yo en el auto con el entrenador Mario Ricci, Adorni que se va en el descanso, nos acercamos con el auto, Ricci dudaba un poco, “tal vez es un poco demasiado pronto”. Y luego le pregunto a Adorni: “Vittorio, ¿estás bien?” Me guiña un ojo y dice “no hay problema”. Y qué amistad me ha unido siempre a él ya su mujer Vitaliana”.



ttn-es-14