Si hubiera dependido de sus padres, Ann y Patrick, ambos trabajadores, la líder del partido Vooruit, Melissa Depraetere (30), hubiera preferido convertirse en peluquera o maestra. Pero resultó diferente. En la Cámara, la flamenca occidental se perfila ahora como la primera dama entre los socialistas. “Pensaste que nunca encontraría un trabajo”. “Pero Melissa, tampoco conocíamos a nadie que fuera a estudiar”.
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