Desafortunadamente, existen jefes horribles, y un jefe anónimo puede estar recibiendo comentarios muy necesarios después de preguntar. Esta pregunta en Quora:»Tengo un empleado que siempre marca su hora de salida cinco minutos antes. Parece tener una buena ética de trabajo, pero últimamente lo he estado cuestionando. ¿Qué debería hacer como gerente?»
Vayamos directo al tema de la retroalimentación…
Los jefes actuales comenzaron a compartir cómo la calidad del trabajo es mucho más importante que el tiempo que lleva realizarlo:
«He dirigido mi propia empresa durante 30 años y, antes de eso, dirigí equipos de carreras a nivel internacional. Cualquier jefe que piense que las horas trabajadas son más importantes que el trabajo realizado debería dedicarse a barrer el taller. Como jefe, tienes que trabajar con tus empleados. Si los cinco minutos afectan al negocio, habla con el empleado. En lo que a mí respecta, una vez que hayas completado la carga de trabajo diaria, puedes irte a casa, a menos que eso signifique dejar el taller desatendido. ¡Odio a la gente que es pedante sin motivo!»
«No me importa lo que hagan los empleados hasta el punto de no hacer un buen trabajo, ser imprudentes, peligrosos o robar. Salir un poco antes o llegar un poco tarde, no me importa. Pasa y pasa mucho. Mientras el dinero llegue y la tardanza no provoque el descontento de los clientes, ¿por qué preocuparse?».
Un profesor incluso intervino, compartiendo sus propias experiencias personales al presenciar los efectos de cómo centrarse en lo equivocado puede en realidad provocar que buenos empleados renuncien:
«Como profesor, he visto a los conserjes ir y venir. La mayoría hace lo mínimo, pero teníamos un chico que era increíble. Siempre se pasaba la aspiradora por nuestras aulas, los baños estaban limpios y abastecidos, y tenía una gran actitud cuando las aulas estaban muy sucias. Trabajaba tan duro y tan rápido que terminaba su trabajo antes de que terminara su turno, así que se iba temprano. Pero el jefe de conserjes tenía un problema con esto y le dijo que tenía que quedarse hasta el final de su turno. Renunció y aceptó un trabajo en otro lugar. Ahora nuestras habitaciones están sucias y el baño se queda sin jabón y toallas de papel la mitad del tiempo, pero el conserje está allí durante todas las horas. La moraleja de la historia es… valora el trabajo en lugar del contrato».
Otros hablaron de lo molesto que es tener un microgestor como jefe:
«Dejen de microgestionar. Son cinco minutos. El mundo sería un lugar mejor si valoráramos el trabajo duro de nuestros empleados y dejáramos de preocuparnos por el motivo por el cual un empleado no se sienta en su escritorio durante cinco minutos. Los malos empleados pueden sentarse durante ocho horas y hacer lo mínimo indispensable… y los buenos empleados pueden terminar su trabajo antes de tiempo. Créanme, ustedes quieren al empleado que se esfuerza».
También hubo quienes ofrecieron soluciones creativas para resolver el problema si tanto molestaba al jefe:
«¿Qué tal si comenzamos una nueva política: si ya terminaste tu trabajo del día y no te atrasas, vete a casa y permaneces de guardia hasta que se cumplan las ocho horas. ¿Por qué sentarte en un escritorio sin nada que hacer? Observa lo productivas que se vuelven las personas cuando pueden irse a casa temprano».
Algunos compartieron lo beneficioso que podría ser para el empleado modificar su horario si se destaca en su trabajo:
«Exgerente de recursos humanos de un hotel de aquí. Tenía una empleada de limpieza que hacía un trabajo excelente. Era eficiente y preparaba las habitaciones muy rápido, y todas estaban perfectas. Siempre estaba dispuesta a quedarse a dormir si era necesario, pero siempre llegaba tarde al trabajo…»
En conclusión, casos como este pueden ser lecciones útiles para entender cómo es un lugar de trabajo saludable hoy en día, tanto para el jefe como para el empleado. Si tienes más ideas o sugerencias, ¡cuéntanoslas en los comentarios!