Por Konstantin Marrach
Primero las buenas noticias: tres de cada cuatro alemanes que están en pareja o casados tienen una buena relación con sus suegros. Pero también hay problemas…
Por el contrario, alrededor de una cuarta parte de los alemanes tienen una relación tensa con su suegra o suegro.
Este es el resultado de una encuesta realizada por el portal en línea Socios de élite. Según esto, la misma cantidad de hombres y mujeres tienen dificultades con los padres de su pareja…
También interesante: las personas perciben la relación con sus suegros como particularmente tensa si ellos mismos no están satisfechos con su relación o matrimonio (33 por ciento). Las parejas felices tienen significativamente menos estrés con la madre o el padre de su pareja (20 por ciento).
Otros resultados de la encuesta:
► Muchos alemanes ven a sus suegros como un gran apoyo en la vida cotidiana, independientemente de si se trata del cuidado de los niños, el trabajo manual o las compras. Aquí incluso más hombres (41 por ciento) que mujeres (37 por ciento) dieron retroalimentación positiva.
Curioso: según la encuesta, uno de cada cuatro alemanes se lleva mejor con sus suegros que con su propia madre o padre.
► La otra cara de la moneda: cuando las parejas se pelean, los suegros suelen ser el detonante. Casi el 20 por ciento dijo que discute regularmente porque los padres del otro interfieren en la relación o intentan influir en la pareja.
► Y: Uno de cada cuatro encuestados se siente secretamente aliviado cuando los suegros viven lo más lejos posible. Porque: el 23 por ciento de los hombres y el 20 por ciento de las mujeres tienen la sensación de que tienen que fingir a la madre o al padre de su pareja. Y el 21 por ciento incluso cree que sus suegros no los aceptan realmente…
Si no es absolutamente posible… ¿se puede invitar a los suegros a eventos importantes? “Eso depende de las prioridades personales, los valores, las necesidades y las condiciones de vida”, dice Agnes Jarosch, cofundadora del German Knigge Council. “El rechazo puede doler, por lo que el rechazo debe redactarse con tacto y, sobre todo, en el momento oportuno. Las cancelaciones de última hora siempre son críticas”.
El experto destaca: “Un buen motivo ayuda a aceptar el rechazo sin amargura”.