El fabricante de calzado Arezzo & Co vende alrededor de 30 millones de productos al año. La empresa, que tiene un centro de producción en las afueras de Porto Alegre, en el estado más al sur de Brasil, Rio Grande Do Sul, emplea a unas 800 personas en múltiples instalaciones en todo el país. La cartera de Arezzo & Co actualmente incluye 16 marcas que atienden a diferentes segmentos de precios, incluidas Schutz, Fiever, Vans, Reversa, Anacapri y la joya de la compañía, Alexandre Birman.
El hijo de Anderson Birman, quien cofundó la compañía con su hermano Jefferson en 1972, es el Director Ejecutivo de Alexandre Birman y la mente creativa detrás de una línea homónima de calzado glamoroso vendido en Net-a-Porter, Bergdorf Goodman, Luisa Via Roma, Harvey Nichols y Saks Fifth Avenue y lo usan celebridades como Gigi Hadid. Schutz, una marca con un estilo más distintivo y un precio más bajo, opera una tienda en Madison Avenue en Nueva York, así como una en Los Ángeles y otra en Florida. Según los informes, la etiqueta está planeando una mayor expansión en los EE. UU.
FashionUnited fue invitada a visitar las instalaciones de fabricación completamente vertical de Arezzo en Brasil, donde el diseño, la producción de muestras y la fabricación se llevan a cabo bajo un mismo techo. Al ingresar al departamento de diseño, estantes de revistas, mesas de conferencias de un blanco inmaculado, fotografías de zapatos antiguos en las paredes y algunas máquinas de zapatos dignas de un museo dan la bienvenida a los visitantes. Los archivos de la compañía se remontan a 50 años y están llenos del piso al techo de cajas de zapatos, todas con Polaroids en el frente que muestran el contenido de las cajas. Por su propia admisión, todos los zapatos que la empresa ha fabricado alguna vez están representados en el archivo.
La empresa lleva el nombre de la ciudad italiana de Arezzo en la Toscana, famosa por Miguel Ángel, el oro y las antigüedades. Hace tres años, Alexandre Birman recibió la ciudadanía honoraria de la ciudad italiana.
Las condiciones de trabajo en una fábrica de calzado brasileña
En un enorme cuarto de costura, los rollos de cuero yacen apretados en estantes que llegan hasta debajo del techo, con etiquetas marrones que nombran sus características colgando de ellos. En su mayoría mujeres, todas con batas blancas, se sientan detrás de máquinas de coser cargadas con carretes de hilo de colores. Hacen prototipos de modelos que vienen con una hoja de referencia amarilla o azul con notas de cambio, notas y medidas. Esta sala es exclusivamente para la creación de prototipos, mientras que otra instalación en las instalaciones se dedica a la producción.
La horma es el punto de partida de todo zapato. Se apilan en bandejas de madera dura o de plástico según el tamaño y el estilo. Los empleados usan pegamento para unir el cuero a la base del zapato y seleccionan componentes adicionales de los compartimentos, mientras que otros trabajan en tacones y suelas con varias herramientas manuales en máquinas.
Es pleno verano. Sin embargo, el espacio es fresco y ventilado, con mucha luz natural. No es raro que los empleados permanezcan en la empresa durante muchos años, como el curador del archivo que comenzó su carrera en el taller de costura décadas antes. Contenedores con hormas, plantillas, palas de cuero, tacones y hebillas se amontonan por todas partes, esperando ser utilizados. Brasil fabrica todos los componentes de los zapatos en el país, pero las suelas de la marca Alexandre Birman, con su mayor nivel de precios, son importadas de Italia.
Alexandre Birman es la joya de la corona de Arezzo
Cruzando un muelle de carga, llegamos a un conjunto de puertas dobles que marcan la entrada a las instalaciones de fabricación de Alexandre Birman. En el interior, una entrega está lista para ser enviada: cajas de zapatos apiladas aquí en el tono distintivo de las rosas de té. Los trabajadores visten chaquetas blancas de manga corta con la inscripción ‘Alexandre Birman’ en la espalda.
En esta ala, la variedad de modelos de calzado es menor que en el establecimiento anterior, ya que el surtido se centra en alta costura y tacones. Desgraciadamente, las zapatillas informales, los zapatos con cordones y las suelas de goma tienen que quedarse afuera. En su lugar, los artesanos trabajan en correas delgadas para los tobillos tachonadas con diamantes cuando pasamos por un estante de hormas, cada una con un amplio arco y una puntera estrecha. Las sandalias doradas, todas apuntando en la misma dirección, parecen pequeñas estatuillas. Frente a ellos hay una fila de mules de tacón alto en bloque en un tono llamativo que combina exactamente con el color del ‘cafezinho’ muy caliente que los brasileños beben regularmente durante la jornada laboral. Un cartel dice en portugués: «Traemos alegría en forma de zapatos».
Gran parte del trabajo se hace a mano, pero una vez que las suelas se unen a las sandalias de tacón de aguja, se colocan en contenedores para pasar por máquinas como el equipaje a través de un escáner de aeropuerto. Los letreros dicen «Precaución caliente, no tocar». Una pila de plantillas, desnudas y rosadas, descansa con los dedos de los pies tocándose en un mostrador junto a un cuchillo multiusos mientras dos docenas más esperan a lo largo del resto del mostrador.
Redes de material brillante yacen en una gran tabla de cortar digitalizada y son mutiladas por varios cuchillos oscilantes neumáticamente con diferentes anchos y longitudes de hoja, que pueden cortar casi cualquier grosor de material. Cada centímetro disponible de material lleva la plantilla de una plantilla, y como un cortador de galletas a través de la masa, la plantilla se perfora y el resto desechado se recoge en contenedores.
En el centro de la planta, primero entramos a una oficina con docenas de empleados en cubículos, escribiendo en computadoras. Las estaciones específicas están etiquetadas: Logística/Facturación; logística/transporte; dirección de Procuración; Planificación; Desarrollo de negocios; Sostenibilidad. En la pared hay pantallas con mapas, estadísticas y gráficos, mientras que en el otro extremo un área alfombrada con un sofá de cuero, mesa de café y plantas ofrece un espacio más íntimo para una reunión improvisada o simplemente un descanso de la pantalla.
A lo largo del corredor hay una cabina impresionante, el centro de ‘Soluciones y Monitoreo’ con diez pantallas en las que se registran las actividades comerciales como un electrocardiograma. Se pueden predecir los problemas de un vistazo y rastrear la oferta y la demanda, lo que permite que el personal de la sede responda rápidamente a las consultas de cientos de tiendas y más franquicias. Aquí no se deja nada al azar.
Este artículo fue publicado de manera similar en FashionUnited.uk. Traducción y edición: Barbara Russ