ESTA pequeña ciudad alberga una de las áreas naturales mejor conservadas del mundo, con impresionantes cuevas de hielo, glaciares y una diversa vida silvestre.
Pero la ciudad también alberga un conjunto de leyes estrictas y extrañas.
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Así es Longyearbyen, la ciudad glaciar de la isla de Svalbard donde han prosperado los osos polares, los renos, los caribúes y las aves.
Una de las residentes de la ciudad, Cecilia Blomdahl, dice: «La naturaleza aquí es tan abrumadoramente hermosa que a veces también es aterradora.
«Pero no es sólo la naturaleza lo que hace que este lugar sea increíble, sino también la gente.
«Dado que básicamente nadie nace aquí en Svalbard, significa que todos los que viven aquí han tomado la decisión de hacerlo.
«Eso significa que tienes un pueblo lleno de gente con ideas afines y pasión por el lugar donde viven».
Como resultado, los isleños han adoptado algunas regulaciones aparentemente extrañas para proteger su vida silvestre.
Debido a la variedad de aves en la isla, incluidos frailecillos y charranes árticos, no se permite la entrada a gatos.
Otra ley dice que los isleños deben llevar consigo un arma en todo momento.
Esta ley de 2012 se promulgó para garantizar que cualquier persona que viajara fuera de los asentamientos principales pudiera protegerse de posibles ataques de osos polares.
Se estima que el número de osos polares en la isla supera los 3.000, en comparación con un número aparentemente exiguo de 2.500 humanos, pero los ataques han sido raros.
En las últimas décadas sólo se han reportado cinco incidentes de este tipo en la isla.
Sin embargo, la ley especifica que está prohibido utilizar armas dentro de los asentamientos. Muchos de los lugares públicos de la isla tienen carteles claramente marcados que dicen «prohibido el uso de armas de fuego».
La leyenda también dice que es ilegal morir en este pequeño pueblo.
Sin embargo, la ley en realidad sólo prohíbe el entierro de cadáveres en la ciudad, ya que las condiciones heladas nunca permitirán la descomposición.
Hay un cementerio en la isla, pero dejó de aceptar nuevos cadáveres en la década de 1950.
Cuenta la leyenda que un puñado de mineros noruegos fueron enterrados allí en 1918 antes de que sus cuerpos fueran desenterrados 70 años después.
Se entiende que estaban tan bien conservados que sus sistemas aún contenían rastros del virus de la gripe que los mató.
Y el 9 de febrero, el gobierno noruego anunció que endurecería sus ya estrictas regulaciones en la isla.
«Ahora estamos endureciendo las normas medioambientales en Svalbard para reforzar la protección de la flora y la fauna», afirmó el ministro de Clima y Medio Ambiente, Andreas Bjelland Eriksen.
Las nuevas leyes prohíben el uso de drones no tripulados, el uso de motos de nieve sobre el hielo marino y el tráfico marítimo debe mantenerse a al menos 150 metros de distancia de las morsas.
Alrededor del 60 por ciento de la isla está cubierta por glaciares, y a los visitantes de la zona también se les ha advertido que no se rompa el hielo.
Blomdahl, residente local, añadió: «Vivir en Svalbard no es la tarea más fácil, pero es muy gratificante».
Longyearbyern se estableció por primera vez en 1906 y es uno de los pocos lugares que quedan en el mundo al que puedes mudarte sin visa.
Aunque Svalbard es propiedad de Noruega desde 1920, los residentes no necesitan una visa de la UE, lo cual es una gran noticia para los británicos.
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