Viaje al estadio futurista que el Milan quiere reconstruir en La Maura

Milán jugará dentro de su futuro esta noche. El Tottenham Stadium es un modelo claro para RedBird, que dentro de un mes quiere decidir dónde construir sus propias instalaciones. “La experiencia que se puede disfrutar en un estadio innovador como el del Tottenham, como en muchos estadios de Estados Unidos, nos permite comprender el potencial y las oportunidades que puede ofrecer una instalación moderna -dice Paolo Scaroni, presidente del AC Milan-. Hay que acelerar el proyecto de un nuevo estadio, que es fundamental para poder competir a nivel internacional. El viejo San Siro está lleno de recuerdos, pero sentimos la responsabilidad de mirar hacia el futuro”. Entonces, antes del partido, hacemos un viaje al Tottenham Stadium.

EL PAISAJE

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El Milan, en la 2021-22, recaudó 32 millones de su estadio, gracias sobre todo a la venta de entradas. El Tottenham ha llegado a los 125 gracias a unas modernas instalaciones, que aportan dinero incluso en días sin partidos. En el Tottenham Stadium, construido sobre el antiguo White Hart Lane, durante la semana hay conferencias, eventos, incluso un poco de cine. Aquí filmaron Gangs of London.

EL CONTEXTO

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El Milán empuja y ha marcado algunos datos en la libreta. En la década 2010-2020 se construyeron 153 nuevos estadios en Europa, con una inversión de 19.800 millones de euros. Solo el 1% de ese dinero se gastó en Italia. El Tottenham Stadium costó más de mil millones, tiene capacidad para poco más de 62.000 espectadores y es la tienda de fútbol más grande de Europa. Quien quiera verlo debe tomar el metro hasta el norte de Londres, en una zona ciertamente poco rica en la que se nota el contraste: el hipermoderno estadio de un barrio popular, con ciudadanos de más de 200 nacionalidades.

LA IMPRESION

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El estadio, por supuesto, está muy lejos de los estándares italianos. Las gradas son retráctiles y el césped es móvil, movido por 68 motores en un sistema de pista. Debajo del césped hay una cancha sintética para fútbol americano, pues un acuerdo con la NFL prevé jugar aquí al menos dos partidos por temporada. Tecnología e iniciativas. Los que tengan espíritu aventurero podrán pasear por la azotea del estadio alrededor del gallo, símbolo del Tottenham. El piso del South Wing está hecho con los materiales del antiguo White Hart Lane, demolido en 2017, y dentro de la planta se produce y vende una cerveza alrededor de las gradas. Los restaurantes, por cierto, merecen dos líneas. En el Tottenham Stadium hay decenas de ellos, desde cinco estrellas con chefs estrellados hasta banquetes con perritos calientes. Para los que están acostumbrados a comprar un bocadillo fuera del San Siro, hay una cierta diferencia.

COSTOS

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Naturalmente, el tema también es económico, en todos los niveles. Alrededor de 8.000 asientos dentro del estadio son premium, digamos VIP, accesibles para unos pocos. Un abono de temporada en el H Club, la zona más exclusiva, cuesta 15.000 libras por persona, a lo que hay que sumar un coste inicial (válido también para años posteriores) de 30.000 libras. En el muy exclusivo Tunnel Club, puedes cenar y ver a los jugadores esperando para entrar al campo a través de un cristal reflectante: los aficionados ven a los jugadores… sin ser vistos. Al mismo tiempo, en un difícil equilibrio, hay abonos de 600-800 libras por temporada, las menos caras.

MILÁN

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Milán quiere partir de aquí para construir su propio estadio moderno, rentable y ecosostenible, dentro de un proyecto de remodelación urbana, en una gran área verde, con el objetivo de la neutralidad de carbono porque el medio ambiente tiene su importancia. Compleja de poner en práctica entre costes muy elevados -superará los mil millones, con 500-600 millones solo para la construcción del estadio- y vetos políticos. La evaluación del área de La Maura, a poco más de un kilómetro de San Siro, ha estado en marcha en las últimas semanas, y Cardinale tiene dos prioridades, una más importante que la otra. La primera, importante: quedarse en Milán. La segunda, fundamental: prisa.