Gran susto para Noah Lyles y los demás atletas que se esperaban de las baterías de los 200 metros en el Campeonato Mundial de Atletismo de Budapest: los dos carritos de golf que los transportaban chocaron fuera del estadio. Para el campeón americano sólo un susto y una pequeña herida superficial en el arco de la ceja. Un voluntario, en cambio, corrió el riesgo de ser atropellado y tuvo que buscar tratamiento médico por problemas en las piernas.