Una pareja de Texas pidió a los invitados 450 dólares para asistir a su boda y nadie se presentó. El estallido del novio en TikTok, reabre el debate sobre cómo (y si) pedir dinero a los invitados


ELLa lujosa boda de Hassan, valorada en 200.000 dólares Ahmed y su nueva novia terminó tristemente desierto. ¿Por qué? Un “pequeño” descuido de estilo: pide a tus invitados una cuota de participación de 450 dólares cada uno. “¿Pagas mil dólares por entradas para un concierto de Beyoncé o Chris Brown, pero cuando te invitan a una boda con amigos y familiares no puedes pagar la entrada? No lo entiendo”. el novio Hassan se desahogó en TikTok. Esta historia ha desatado un acalorado debate sobre la pregunta: ¿tiene sentido pedir dinero a los invitados para financiar la boda? Y si realmente es necesario, ¿hay alguna manera de no parecer desesperados (o groseros)?

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Boda y dinero: ¿gesto inevitable?

¡Ah, la boda! La boda se ha convertido en un evento de alfombra roja, con todo el glamour (y los costes) que conlleva. Y mientras hace malabares con flores exóticas, lugares de ensueño y fotógrafos de fama mundial, la billetera de la pareja se resiente. A menudo, a expensas de los invitados.

De ahí surge la fatídica pregunta: “¿Cuánto poner en el sobre?” Un dilema que acecha a toda invitada más que elegir el vestido perfecto. Porque, seamos claros, nadie quiere ser visto como “tacaño”, como tampoco nadie quiere exagerar. Habría una ecuación para todo. Según una cierta “matemática del buen gusto”, la cantidad del sobre debería tener en cuenta el grado de parentesco, el número de hijos a cargo e incluso el coste del menú para garantizar un justo equilibrio entre generosidad y sentido común.

Cuando el sobre se convierte en obligación (y pierde su encanto)

Pero, ¿qué sucede cuando los novios, como nuestros amigos texanos, convierten el regalo de bodas en una especie de entrada? Si pedir una aportación económica para la boda puede parecer una forma práctica de cubrir gastos, hacerlo obligatorio es una historia completamente diferente. De hecho, es un poco como invitar a alguien a cenar a casa y luego pedirle que pague la cuenta. Romance: cero.

Cómo pedir dinero con clase y un toque de ironía

Pero entonces, ¿cuál es la forma correcta de pedir una contribución sin ofender a nuestros queridos invitados? Según el sitio matrimonio.com, que siempre ha dado consejos sobre cómo “sobrevivir” a las bodas, el truco está en hacerlo con un toque de elegancia y tal vez un poco de humor. Por ejemplo, Evite imprimir el código IBAN en letras grandes en la invitación.mejor optar por una frase divertida o una nota aparte, quizás con un poco de creatividad:

“El dinero no trae la felicidad, pero la luna de miel sí :)”; “¡Ayúdanos a escapar!”, o “Nuestro mayor deseo es que participes de nuestro día, pero si también te gustaría participar de nuestras finanzas, puedes hacerlo aquí…”. Etcétera.

Y por qué no, también podríamos sugerir una fórmula de “donación opcional”: una forma amable de dejar claro que toda contribución es bienvenida pero no obligatoria. De este modo, el huésped se sentirá menos presionado y más dispuesto a contribuir de buena gana.

La etiqueta del matrimonio 2.0

En definitiva, si se quiere seguir el camino de la contribución económica, hay que hacerlo con gracia e ironía. Recuerda que los invitados están ahí para celebrar contigo tu día especial, no para cubrir el costo del catering o las luces de la pista de baile. Y, como siempre, el secreto está en el sentido común y el equilibrio. Al final, quizás el verdadero problema no sea pedir dinero, sino cómo hacerlo. Porque, aunque con dinero se pueden comprar muchos “extras” para una boda, la verdadera celebración no tiene precio, sobre todo si se trata de compartir momentos preciosos con quienes amas.

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