La pregunta era si el espectáculo podría seguir adelante. Después de que el plan tuvo que ceder dos veces debido a la corona y una vez debido al tiempo de preparación demasiado corto, los costos de producción también aumentaron debido a la inflación y todos los requisitos antes mencionados. “Tenía que haber un informe de nitrógeno y las emisiones tenían que ser cero, los autobuses tenían que funcionar con biodiesel y había que calcular cuántos movimientos de tráfico hay”, explica Stellingwerf. “Más la inflación: todo es más caro, entonces también había que encontrar dinero”.
Muchos visitantes lo notarán: la entrada para ADAK 3 cuesta más que las ediciones anteriores. Stellingwerf: “Sí tratamos de mantener el precio bajo. Si vas en autobús, estás cubierto de cinco y media a once y el transporte, la comida y las dos funciones están incluidos. Luego pagas 47 euros. Sí, es mucho de dinero, pero obtienes una experiencia que no quieres perderte”.
Al menos los voluntarios se están divirtiendo de nuevo. En el centro de ropa la mesa está llena de manjares, incluido el famoso spekkoek. Donde se cosen pareos en los colores y tejidos más hermosos, mientras tanto se recuperan recuerdos.
La voluntaria Wanja Ligthart saca una tela de cuero, que está destinada a una de las bolsas de las guías, debajo de la máquina. “Hollands Hoop fue mi primera experiencia”, dice ella. “Esa también fue una producción muy grande. Siempre he trabajado en el cuidado de la salud y quería hacer algo práctico. Me gusta hacer algo en un mundo que me es desconocido”.
No es diferente para los actores. Bas Keizer y Chaya Pattiapon juegan dos papeles importantes. El propio Pattiapon es mitad indio y mitad moluccano. “Yo mismo crecí un poco con las historias. Es un viaje de descubrimiento para mí: ¿de dónde vengo realmente? El año pasado descubrí que mi abuelo tenía una tienda en Schattenberg”.
La batalla con grupos rivales en la que se encuentra su personaje es cercana a la historia de su propia madre. “El estatus holandés solía ser importante. Pero mi madre solía volver a casa con una moluqueña. También puedes ver eso en esta ‘historia del lado este’: el amor prohibido”.