Un método nuevo y económico descompone el PFAS ‘irrompible’, pero no funciona para el PFOS

Los científicos han descubierto un nuevo método para descomponer ciertos PFAS de una manera relativamente simple y económica. Esto es sorprendente, porque estas sustancias sintéticas se consideran ‘difícilmente o no degradables’. Otros métodos existentes para eliminarlos consumen mucha energía y, por lo tanto, también son caros. PFOS también pertenece al grupo químico PFAS, pero lamentablemente el nuevo estudio no ofrece una solución para la contaminación por PFOS en nuestro país.

PFAS significa sustancias poli y perfluoroalquilo y es un nombre colectivo para unas cinco mil sustancias que son difícilmente degradables. Sus moléculas son increíblemente firmes. Los PFAS repelen el agua, el aceite y la suciedad y se utilizan para productos como aerosol para zapatos, lápiz labial, impermeables y sartenes. Pero continúan circulando ‘siempre’ en la naturaleza porque no se descomponen por sí solos. Se acumulan en el medio ambiente y en nuestro cuerpo, que tampoco puede descomponer las sustancias. También se consideran potencialmente cancerígenos y se asocian con otros problemas de salud.

PFOS (ácido perfluorooctano sulfónico) también pertenece al grupo de PFAS. El PFOS es tóxico y ya ha causado contaminantes ambientales en todo el mundo. También en nuestro país, donde la fábrica de 3M en Zwijndrecht produjo el material durante años. La nueva técnica, descrita en la revista ‘Science’, no funciona para PFOS, porque no hay ácidos en los compuestos de PFOS.

La razón por la que históricamente las PFAS han sido tan difíciles de destruir es que contienen muchos compuestos de carbono y flúor, los compuestos más fuertes en química orgánica. A principios de este año, los investigadores ya habían logrado destruir PFAS. Pero los PFAS se calentaron en agua con algunos oxidantes a temperaturas extremadamente altas, lo que consumía mucha energía y, por lo tanto, era costoso. Esa es la gran diferencia con el nuevo método, dice William Dichtel, químico de la Universidad Northwestern y uno de los investigadores del estudio actual. Enfatiza la accesibilidad y relativa facilidad del nuevo método. También interviene el calentamiento, pero a temperaturas mucho más bajas, entre 80 y 120 grados centígrados. Además, los suministros químicos (hidróxido de sodio, lejía y un solvente llamado DMSO) se pueden encontrar en las aulas de química de la escuela secundaria.

Subproductos inofensivos

De esa manera, Dichtel y el resto del equipo pudieron tomar un tipo de PFAS concentrado y descomponerlo en compuestos más pequeños y no tóxicos. Los investigadores se centraron en un grupo de átomos de oxígeno cargados más débiles ubicados al final de la larga cola de enlaces carbono-flúor. Ese resultó ser el talón de Aquiles. El proceso “decapitó al grupo líder desde la cola” y el PFAS comenzó a desintegrarse, dejando solo productos inofensivos.

“La mayoría de los químicos toman dos moléculas y las juntan para formar una molécula grande, como si tomaran dos piezas de Lego y las juntaran”, explica Brittany Trang, investigadora principal del estudio. “Pero, en cambio, rompimos el bloque de Lego y miramos lo que quedaba para descubrir cómo se desmoronó”.

Desafortunadamente, esta técnica solo funciona para ciertos PFAS, de los cuales hay miles. Dos de las clases más grandes se conocen como carboxilatos y sulfonatos. Aunque el nuevo método podría eliminar casi todos los carboxilatos en una solución, no funciona para la misma cantidad de sulfonatos, como PFOS. “La mayor brecha entre lo que podemos hacer hoy y lo que se necesita es que también nos gustaría descomponer los sulfonatos”, admite Dichtel. Además, el nuevo método de degradación solo se puede aplicar a PFAS que ya se han filtrado del agua potable. Por sí misma, esta investigación no resolverá los problemas de contaminación.

Dichtel mantiene la esperanza: “Hay otras clases que no comparten el mismo talón de Aquiles, pero cada clase tendrá su propia debilidad”.



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