Rusia está lanzando todo el peso de su fuerza ofensiva en una modesta línea de frente alrededor de la ciudad oriental de Severodonetsk en el Donbas. El ejército ucraniano, a su vez, está haciendo todo lo posible para preservar esa ciudad. Eso lleva a ‘peleas indescriptibles’.
Severodonetsk es la ciudad más grande del Donbas que aún está en manos ucranianas. Rusia debe conquistarlo para declarar la victoria en la región oriental de Luhansk. Por lo tanto, la máquina de guerra rusa se ha estado moviendo desde tres lados a la vez en dirección a la ciudad, que no solo tiene una gran importancia simbólica, sino que también es importante como nudo ferroviario y trampolín hacia otras partes de Ucrania.
De camino a este cruce, Rusia afirma haber capturado Lyman este fin de semana, una ciudad a 60 kilómetros al oeste de Severodonetsk. Según el Ministerio de Defensa ruso, la carretera a Severodonetsk ahora también está en manos rusas, con lo que la ciudad está completamente rodeada. Sin embargo, ese informe fue inmediatamente contradicho por Ucrania. Aparecieron imágenes en Internet de soldados ucranianos en esa carretera cerca de tanques rusos quemados.
Esas imágenes demostraron que se habían producido feroces combates en la carretera. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, admitió que «batallas indescriptiblemente difíciles» se estaban librando alrededor de Severodonetsk. El comando del ejército habló de «duras posiciones defensivas» que los ucranianos habían tomado alrededor de la ciudad.
El avance lento pero imparable del ejército ruso en el este se ha visto frenado por los éxitos previos del ejército ucraniano en Kiev y Kharkiv, y después de la batalla de Mariupol, donde los rusos fueron retenidos durante casi tres meses. El ejército ucraniano informó de una pequeña ofensiva en la región sur cerca de Kherson el sábado por la noche. En ese frente, los rusos se habrían visto obligados a retirarse de varias aldeas.
bravuconería templada
El tono del presidente Zelensky es más sombrío que antes. Su bravuconería se ha moderado, y este fin de semana admitió por primera vez que las áreas anexadas por Rusia en 2014 —Crimea y partes del Donbas— “no pueden ser recuperadas por medios militares”, como había afirmado anteriormente. Eso tomaría cientos de miles de vidas, dijo el presidente.
Su llamamiento a Occidente para que envíe rápidamente más armas y más pesadas sonaba más urgente que nunca: «Mucho depende ahora de nuestros socios en Occidente y de su voluntad de proporcionar a Ucrania todo lo necesario para proteger la libertad», dijo.
Las esperanzas de Zelensky estaban puestas en las armas que llegaban: «Espero buenas noticias esta semana». No dijo cuáles eran esas buenas noticias, pero se cree ampliamente que su comentario está relacionado con las instalaciones de misiles prometidas por el presidente de EE. UU., Joe Biden: sistemas de misiles móviles (MLRS) que pueden disparar conjuntos de misiles de mediano alcance.
El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksiy Reznikov, dijo que estaban comenzando a llegar obuses de larga duración de Estados Unidos, así como misiles antibuque «arpón» y obuses de Dinamarca, «suficientes para hundir toda la flota rusa».
rusificación
Rusia dio este fin de semana el siguiente paso hacia la ‘rusificación’ del territorio conquistado: reabrió el puerto de Mariupol. Durante días había limpiado de explosivos y minas, tras lo cual pudo entrar el primer barco. Según los informes, ese barco cargaría 2.700 toneladas de acero y con él navegaría hasta el puerto ruso de Rostov-on-Don. Ucrania señala que el acero del puerto de Mariupol es propiedad ucraniana y acusa a Rusia de piratería, robo y saqueo.