Hay ucranianos -sobre todo mujeres y niños- que se reencuentran con sus familias que trabajan en Italia y luego hay otros, que huyen de la guerra, que tendrán que ser alojados en los Centros Extraordinarios de Acogida (los Cas, que actualmente acogen a unas 5 mil personas total) que serán activados por las prefecturas y en el sistema de acogida e integración Sai gestionado con los Municipios (26 mil huéspedes actuales).
Por el momento el flujo es manejable sin recurrir a soluciones de emergencia, pero está destinado a aumentar y por eso las prefecturas están organizando planes especiales para enfrentarlo. Los procedimientos de recepción fueron definidos por el decreto aprobado por el Consejo de Ministros el viernes 25 de febrero y por una circular del Ministerio del Interior firmada el 3 de marzo.
Los fondos
El decreto destina 91,4 millones de euros para 2022 y 44,9 millones anuales para 2023 y 2024 “para atender las necesidades excepcionales de acogida de los ciudadanos ucranianos”. El coste por huésped se estima en unos 10 mil euros al año. LAS PLAZAS – La circular indica que se activarán 5 mil plazas adicionales en el Cas, con un coste estimado de hostelería del orden de diez mil euros por persona al año y de 3 mil en el Sai. La reserva de plazas Sai (5.000 en total) ya planificada y financiada para los afganos evacuados el verano pasado también se ha ampliado a los refugiados ucranianos.
mujeres y niños
El Ministerio del Interior subraya que las soluciones de acogida deben tener en cuenta las peculiaridades de las personas que llegan, principalmente mujeres y niños
protección temporal
El decreto establece que los ucranianos podrán acceder a los centros de acogida incluso sin la condición de solicitantes de protección internacional o las demás cualificaciones previstas por la ley. La directiva europea sobre protección temporal que se debate hoy en Bruselas garantizaría a los ucranianos que huyen permanecer en la UE durante un período renovable de un año sin activar los procedimientos de asilo. Mientras tanto, las miles de personas que ya han llegado a Italia han podido entrar sin visa. Pueden permanecer libremente durante 90 días, transcurridos los cuales, sin la directiva europea, tendrían que solicitar un permiso de residencia o un permiso de protección para permanecer.