Los granjeros de madera apenas pueden creerlo: hace treinta grados, pero la leña sale volando de la tienda. Esto se debe en parte a los altos precios de la gasolina, que solo aumentan debido a la guerra en Ucrania. “Nunca habíamos experimentado esto antes. La gente tiene miedo de no tener leña durante el invierno”.
La venta de leña ha ido en aumento durante el período de la corona, dice el proveedor de leña Wim van Alphen de Helvoirt. “Pero en este momento está por las nubes. Normalmente, la madera no es popular en los meses cálidos, pero ahora hace treinta grados y todavía vendemos mucha leña”.
“Comprar es difícil y caro. Todo el mundo pide madera”.
Las ventas han ido como la pólvora durante todo el verano. La venta de leña parece imparable. Eso es debido a los precios de la gasolina. La quema de leña es ahora una alternativa atractiva. Además, hay mucho por hacer con respecto al suministro de gas.
Para resumir: todo el mundo quiere tener madera en existencia para asegurarse de mantenerse caliente (barata) este invierno. Por lo tanto, la madera solo se vuelve más cara. Un metro cúbico de madera cuesta actualmente unos 110 euros, explica Van Alphen. Con el énfasis en ‘todavía’.
“Comprar es difícil y costoso porque hay mucha demanda. Por ejemplo, de gente que seguro quiere estar caliente este invierno, pero también hay mucha demanda de la industria”, dice Van Alphen, quien se refiere a las plantas de biomasa que generan electricidad a partir de madera, como en Geertruidenberg.
“Trabajar demasiado tampoco es bueno”.
Por eso también subirá el precio, dice. “También es difícil para nosotros obtener madera, en parte porque no se permite talar bosques en estos meses. Incluso podría ser que nos enfrentemos a escasez de madera este invierno debido a la alta demanda”.
Al final, se podría decir que Van Alphen no tiene nada de qué quejarse. Sí, comprar es cada vez más difícil, pero los precios de la madera llevan meses subiendo y las ventas de su producto incluso aumentan en verano. “Es ir demasiado lejos decir: ‘La madera es oro’. Todavía no estamos ahí. Pero las cosas van bien. Quizás incluso demasiado bien. Demasiado trabajo no lo es todo”, concluye entre risas.
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