Tour, Rey Vingegaard en París. Pogacar da espectáculo, pero la última parada es para Philipsen

El sprint en los Campos Elíseos premia al joven belga, un bis después de Carcassonne. Tadej monta un espectáculo con un ataque a 6 km de la meta, también Ganna en evidencia. Ahora el danés tiene que pensar en ser protagonista también en los grandes clásicos

Y así termina el Tour con el triunfo de otro chico de la generación en el poder. En los Campos Elíseos, un sprint que para un corredor vale la victoria en un gran clásico, se impone el belga Jasper Philipsen, de 24 años, que corre en el Alpecin-Deceuninck de Van der Poel y es uno de los mejores amigos de Pogacar: segundo éxito tras vencido el de Carcassonne, el holandés Groenewegen y el noruego Kristoff, Mozzato 11º mejor italiano. El danés Jonas Vingegaard gana la 109ª edición del Tour con 2’43” sobre el esloveno Tadej Pogacar y 7’22” sobre el británico Geraint Thomas.
Pero queremos hablar del ataque de Tadej Pogacar a 6 km de la meta, todos por la izquierda, mientras que Geraint Thomas y Pippo Ganna salen por la derecha. Así es el Tour, así es Pogacar, nunca banal, capaz de burlar a los rivales en cada ocasión. Incluso cuando todo está decidido, incluso cuando todo ha terminado.

Perspectiva La cita es en Bilbao, España, en 2023. Y a los aspirantes al maillot amarillo también se sumará el colombiano Egan Bernal. Sí, porque desde 2019 hasta hoy los ganadores finales del Tour fueron, precisamente, Bernal, Tadej Pogacar (dos veces) y hoy Jonas Vingegaard, una vez más con lágrimas en los ojos en la velada parisina, con la pequeña Frida en el podio. Son los tres puntos de referencia de esta generación.

Las fotos La edición 109 deja tres imágenes en nuestros ojos. En primer lugar, el reto por el maillot amarillo, restringido a Vingegaard y Pogacar ya tras la etapa de los adoquines de Arenberg. El danés, de 25, y el esloveno, de 23, hicieron carrera; 173 corredores otro; El piloto número 1, Wout Van Aert, hizo lo que quiso, de protagonista absoluto a director, de tres victorias de etapa a cuatro segundos puestos. Ningún rival supo responder a las aceleraciones de Vingegaard y Pogacar, tal su superioridad. Desde el tercer puesto de Geraint Thomas (un gigante, el galés, a los 36) hasta Gaudu, Vlasov, Quintana, Bardet, Meintjes, Lutsenko y Adam Yates: todos actores secundarios. Si tenemos en cuenta que el tercero, Thomas, cierra a casi 8′ (nunca tanta distancia desde Nibali 2014), y el décimo en la general, Yates, está a 25′ de Vingegaard, entendemos muy bien qué tipo de gira fue. También porque a París llegaron apenas 135 corredores: 41 se retiraron de los 176 titulares, nunca tan pocos desde el año 2000.

equipos Sí, esos dos practicaban otro deporte. Pogacar se quedó pronto sin compañeros, parado por el Covid, y perdió el Tour en la etapa de Galibier con llegada al Col du Granon porque estaba solo en manos de Vingegaard, Roglic y Kruijswijk. Por otro lado, Jumbo-Visma recordó, en el aspecto técnico, el dominio del equipo Sky de Wiggins y Froome, pero con una diferencia: ese era un equipo centrado en un líder absoluto, el equipo holandés tenía al menos dos líderes ( Vingegaard y Van Aert) y medio punto como Roglic.

Futuro ¿Qué preguntarle ahora a Vingegaard? No limitarse al Tour de Francia. Porque Pogacar ganó dos maillots amarillos más Liège-Bastogne-Liège y Giro di Lombardia, más Strade Bianche. Vingegaard también debe involucrarse en los Monumentos, debe ser visto mucho más. Solo así el público en general lo admirará sin considerarlo solo un corredor del Tour de Francia.



ttn-es-14