Tesla: el problema es la multitarea de Musk, no su apuesta


Las acciones de Tesla son la clave de las ambiciones de Elon Musk. Technoking ha pasado los últimos dieciocho meses vendiendo acciones de la compañía de autos eléctricos, en parte para ayudarlo con la compra de Twitter. Los accionistas están preocupados de que pueda vender más. Sin embargo, gracias a un generoso acuerdo salarial, su participación en Tesla se mantiene estable.

En 2018, Musk poseía el 22 por ciento de Tesla. Los datos de la empresa muestran que todavía posee poco menos del 21 por ciento de sus acciones, a pesar de las grandes ventas. Esto se debe a que la cifra incluye tramos de opciones que se otorgaron a partir de un acuerdo salarial generoso acordado hace cinco años.

Podría aumentar aún más si Tesla acepta otro acuerdo de pago con muchas opciones. Aunque tal movimiento sería controvertido.

Las acciones de Tesla han bajado un 11 por ciento desde que la compañía no cumplió con las expectativas de ganancias del primer trimestre la semana pasada, como resultado de los recortes de precios diseñados para alejar a los competidores. A los inversores les preocupa que Musk se distraiga con Twitter y tenga que vender más acciones si la empresa de redes sociales pierde dinero. En abril, la junta limitó su endeudamiento contra las acciones de Tesla a 3.500 millones de dólares, o el 25 por ciento, una aparente reacción a esta preocupación. Sin embargo, señaló que ningún director o ejecutivo de Tesla había pedido prestado más del 1 por ciento de la cantidad prometida como garantía, lo que sugiere que es posible que Musk no esté usando sus acciones para pedir prestado fondos significativos.

Un nuevo acuerdo de pago puede contener condiciones sobre su participación en Twitter. Pero ya sea que Musk continúe vendiendo sus acciones o se le concedan más opciones, es poco probable que su influencia sobre Tesla cambie. Gregory Shill, profesor de derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad de Iowa, señala que Tesla requiere la aprobación de dos tercios de las acciones para aceptar cambios significativos. Musk puede ser el mayor accionista, pero no tiene esto. Sus acciones tampoco tienen derechos de súper voto, lo que significa que, a diferencia de Mark Zuckerberg de Meta, no puede forzar el cambio con un voto. La influencia de Musk siempre ha dependido más de su personalidad que de su apuesta.

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