En nuestro complejo residencial en Maastricht se están construyendo varios apartamentos.
Los trabajadores de la construcción que trabajan en esto proceden de Polonia, Hungría o Bulgaria.
Es difícil tener una charla. Los mayores prueban el alemán, pero los más jóvenes a veces prueban el inglés.
Cuando le pregunto cuidadosamente al yesero si habla algo de holandés, la respuesta está en puro Maastricht: “Mê jông…. durante 62 años”.
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