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La época navideña es la temporada alta para las empresas de juegos. Las personas que regalan y juegan durante las fiestas añaden un gran impulso a las ventas de fin de año. Pero en China, el sector luce mucho menos festivo este año.
Las acciones de Tencent cayeron un 14 por ciento el viernes después de que los reguladores publicaran un nuevo proyecto de regulación para reforzar el control del sector del juego. Beijing, que durante mucho tiempo ha expresado su preocupación por la adicción del público a los juegos, ha mantenido a raya a la industria del juego mediante medidas enérgicas que incluyeron suspensiones temporales de nuevos lanzamientos.
Ahora planea desalentar el gasto elevado en los juegos en línea y prohibir el uso de recompensas para alentar a los jugadores a iniciar sesión con regularidad, según la Administración Nacional de Prensa y Publicaciones.
La liquidación del viernes no es una reacción exagerada. Una disminución en el gasto en juegos tiene el potencial de causar mucho más daño a las ganancias que las medidas anteriores de Beijing, como limitar los tiempos de juego para los menores.
La mayoría de los juegos móviles se pueden descargar y jugar gratis. Pero los jugadores compran elementos del juego, como máscaras y ropa para sus personajes, a medida que avanzan en el juego. Se trata de un negocio enormemente lucrativo, ya que los jugadores móviles gastan más de 1.600 millones de dólares por semana en todo el mundo, según la empresa de análisis móvil Data.ai. Aquí Tencent domina. Su juego de batalla de fantasía. Honor de reyes es el título móvil más taquillero del mundo.
Es preocupante que las medidas enérgicas anteriores contra el sector del juego hayan sido asuntos prolongados. Incluyeron una congelación de ocho meses en la aprobación de nuevos juegos, investigaciones por violaciones de seguridad cibernética y multas por material ilegal en plataformas de mensajería.
Las acciones de Tencent han bajado un 35 por ciento desde su máximo de enero. Se negocian a 15 veces las ganancias futuras, la mitad de los niveles de hace dos años. Los inversores esperaban que la represión del sector tecnológico de China hubiera llegado a su fin en julio, cuando las investigaciones terminaron con multas. Pero las últimas medidas son un recordatorio de que las empresas todavía tienen que respetar las reglas de Beijing.
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