Un año después de la muerte de Mahsa Amini, mientras Irán endurece las penas contra quienes no llevan correctamente el velo, el Parlamento Europeo nomina a las mujeres kurdas e iraníes de veintidós años para el prestigioso Premio Sájarov a la libertad de pensamiento. Pero ayer el presidente iraní habló en las Naciones Unidas (casi) tranquilo, con el Corán en la mano.

La retirada de la policía religiosa de las calles había sido prácticamente la única concesión que el régimen había hecho a los manifestantes. Desde el domingo, 10 meses después de la muerte de Mahsa Amini, el anuncio: las patrullas Irshad volverán a controlar la moral de las mujeres iraníes