Seis pasajeros del vuelo 1282 de Alaska Airlines y un miembro de su familia presentaron el viernes una demanda contra el fabricante de aviones Boeing. Quieren que Boeing les compense por los daños sufridos.
Un pasajero habla de una conmoción cerebral y de un sangrado en el oído, otros dos dicen que tenían dificultades para respirar. Otro pasajero dijo que había tenido un ataque epiléptico debido al estrés.
«Aunque todo el mundo está contento de que la tripulación haya podido aterrizar el avión de forma segura, esta experiencia todavía tiene consecuencias económicas, físicas y emocionales para nuestros clientes», afirmó Daniel Laurence, que actúa como abogado de los demandantes.
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Los demandantes piden una indemnización por el tratamiento de sus problemas de salud, así como los costes de cancelación de planes de viaje y el valor de las pertenencias personales perdidas.
Un panel en el fuselaje de un Boeing 737 MAX 9 de Alaska Airlines se soltó el pasado viernes, poco después de despegar del aeropuerto de Portland. El avión, con 171 pasajeros y seis tripulantes a bordo, se encontraba en ese momento a una altitud de 5.000 metros. Nadie salió herido. Después de ese incidente, la autoridad de aviación estadounidense FAA suspendió en tierra decenas de aviones de ese tipo para realizar inspecciones.
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