Se reinicia el debate entre el Gobierno y los interlocutores sociales para la gestión de la emergencia térmica en el lugar de trabajo


Las asociaciones empresariales y los representantes sindicales están convocados mañana por la mañana (20 de junio) en el Ministerio de Trabajo para reanudar el debate sobre las iniciativas y medidas que deben adoptarse para hacer frente a las emergencias climáticas en el lugar de trabajo, en particular las olas de calor que pueden poner en riesgo a las personas. la salud de los trabajadores, especialmente en sectores donde están expuestos al sol (construcción, agricultura).

El protocolo para la adopción de medidas para contener los riesgos laborales derivados de la exposición a altas temperaturas en los entornos laborales presentado en julio de 2023 por el Ministerio de Trabajo y Salud a los interlocutores sociales quedó en letra muerta. Contiene indicaciones operativas con referencia explícita a la posibilidad de «eliminar o, cuando no sea posible, reducir la exposición directa de los trabajadores a temperaturas elevadas o percibidas como elevadas mediante la planificación de descansos o actividades en días u horas más frescas».

Objeciones comerciales

Las asociaciones empresariales cuestionaron el enfoque de ese protocolo, argumentando que se añadirían nuevas normas a las indicaciones operativas del Inail, Inps, Inl, ASL, a los decretos de los Ministerios de Trabajo y de Salud y a las ordenanzas regionales, con el riesgo de nuevos aumentos. para las empresas, mientras que hubieran preferido tener un decálogo con algunas prioridades claramente indicadas para su cumplimiento, siguiendo el modelo de lo que se hizo con el protocolo firmado durante el Covid, en línea con lo dispuesto en el Decreto Legislativo 81 de 2008 sobre seguridad y salud en el trabajo.

Las demandas de los sindicatos

Los sindicatos, sin embargo, habían presentado el pasado mes de julio algunas propuestas correctoras que están dispuestos a presentar nuevamente al gobierno, como resume Ivana Veronese (Uil): «Seguimos pidiendo un protocolo que prevea mecanismos automáticos, como el uso de despidos si el calor percibido supera determinados grados, a falta de cambios en la organización del trabajo que trasladen la jornada laboral a horarios más frescos, con la provisión de equipos de protección personal, como cremas solares, y la oferta de agua cuando se trabaje en espacios cerrados. . «Pedimos que las muertes por calor se registren y no se clasifiquen genéricamente como enfermedades, y que se identifique a los trabajadores frágiles que necesitan ser protegidos en determinadas condiciones climáticas, como se hizo durante el Covid con el smartworking».

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Los constructores de Fillea-Cgil lanzaron un llamamiento para una «intervención reglamentaria adecuada con medidas para proteger a los trabajadores», en voz de la secretaria Giulia Bartoli (Fillea), que considera insuficientes las primeras ordenanzas de las administraciones que prohíben los trabajos por encima de los 35 grados: «Necesitamos una intervención regulatoria seria y estructural que reconozca definitivamente el acceso al fondo de despido por fenómenos climáticos para los trabajadores de la construcción y la piedra», argumenta.



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