Henk Kuipers de Emmen, Klaas Otto de Bergen op Zoom y un exlíder de Zelanda del ahora prohibido club de motociclistas No Surrender deben comparecer ante el tribunal en Leeuwarden hoy. Apelaron contra las sentencias a largo plazo impuestas por el tribunal de Groningen en noviembre de 2020 por, entre otras cosas, liderar una organización criminal y actos violentos como el robo con violencia.
Kuipers fue sentenciado a diez años de prisión, los demás recibieron penas de prisión de hasta cuatro años. Los jueces determinaron que la organización criminal se dedicaba al narcotráfico internacional, delitos violentos y contra la propiedad. Los miembros del club que no siguieron las reglas del club fueron expulsados por la fuerza del club.
omertá
De 2014 a 2017, el Ministerio Público investigó actividades delictivas dentro del club de motociclistas. Según el tribunal de Groningen, Kuipers, en particular, abrió el camino de manera cobarde. A cada miembro del club se le impuso un estricto deber de confidencialidad (Omerta). Theo ten V. de Klazienaveen fue el cuarto líder del club de motociclistas en ser sentenciado a cuatro años de prisión. Fue el único que no apeló. Además de los ex líderes, un empresario de Sneek también está de pie ante la corte. No está de acuerdo con su condena de dos años de prisión por su cooperación en la extorsión.
Los hombres niegan los crímenes hasta el día de hoy. No Surrender era un club de motociclistas normal donde los hombres se reunían para divertirse y hacer excursiones. A principios de 2020, Kuipers afirmó ante el tribunal de Groningen que en realidad no era un jefe dentro del club, sino solo un presidente. “No lo decidí solo, lo decidimos todos juntos”, dijo el hombre. El proceso penal contra los exdirigentes tomó mucho tiempo y no transcurrió sin problemas debido a problemas de salud y un doble desafío. No Surrender fue fundada en 2013 por Otto. En 2016 Otto volvió al club y Kuipers se hizo cargo.
El tribunal de Leeuwarden prohibió definitivamente el club de motociclistas en diciembre de 2020. Los tribunales superiores determinaron que la naturaleza violenta de No Surrender y su aura de intocabilidad alimentaban el miedo en la sociedad. El tribunal describió al club como una organización muy cerrada con carácter militar y reglas estrictas. Según el juez, la estructura y cultura del club facilitó la comisión de delitos violentos y otros delitos graves. Por la presente se confirma la prohibición impuesta por el tribunal de Assen en 2019.