En la promoción de los derechos humanos, en la identificación de las formas más adecuadas de protección, los Tribunales Superiores de Justicia de los distintos países europeos juegan un papel destacado. El papel de los distintos tribunales constitucionales los convierte en portadores naturales del pluralismo y los valores democráticos. Partiendo de este énfasis, el presidente del Tribunal Constitucional habló en la audiencia solemne del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo al final del seminario titulado “Los jueces preservan la democracia protegiendo los derechos humanos”.
Normas comunes de protección
Sciarra recordó que «los tribunales constitucionales ocupan una posición privilegiada en la acción de apoyar las democracias y promover e integrar estándares comunes de protección, cuando están en juego los derechos humanos. Por eso, el constante enfrentamiento del Tribunal Constitucional italiano con el tribunal de Estrasburgo es un valor a preservar». Sin embargo, la cooperación es crucial para la creación de un sistema legal internacional y supranacional, porque solo a través de discusiones con las altas cortes de otros estados se pueden identificar mejor los intereses comunes y, en consecuencia, los instrumentos legales de protección.
La solicitud de opiniones
Significativo entre estos es el protocolo no. 16, que permite a los tribunales nacionales solicitar opiniones no vinculantes por adelantado al Tribunal de Estrasburgo. Eso sí, recordó Sciarra, Italia no lo ha ratificado, pero aparece varias veces en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y de Casación. De esta manera se circulan interpretaciones, favoreciendo la asunción de actitudes comunes y la toma de conciencia de los derechos en juego.
La autonomía del poder judicial
En su intervención, la presidenta de la Consulta no pasó por alto un tema clave como es el respeto a los principios cardinales del estado de derecho en el contexto de los sistemas judiciales de otros países. En particular, tanto el Tribunal de Estrasburgo como el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas han intervenido sobre la independencia y autonomía del poder judicial. Además, tanto el Consejo de Europa como la Comisión Europea elaboran informes sobre el estado de derecho, lo que lleva al desarrollo de criterios cada vez más objetivos para evaluar la independencia de los sistemas judiciales. «No hay interferencia -precisó Sciarra- en los sistemas nacionales; ofrece una guía segura para defender las democracias y el estado de derecho”. Además, “cuando los tribunales defienden la independencia del poder judicial, actúan como custodios responsables del estado de derecho y adquieren un poder semántico, útil para preservar la democracia”.
Un lenguaje común
Así, la Convención sobre Derechos Humanos y el debate entre las más altas Cortes sobre su papel se convierten, para el presidente del Tribunal Constitucional, en elementos de contaminación constructiva por un lado y, por otro, de apoyo mutuo entre las magistraturas, «un activos para las democracias”. La adopción y consolidación de un lenguaje común es, por tanto, fundamental en la construcción de una visión unificada de los derechos humanos.