Sangre, heces y vómito: mujer (82) de Groet condenada por negligencia grave hacia sus mascotas


A una mujer de 82 años de Groet ya no se le permite tener animales porque ha descuidado gravemente a sus mascotas. Ahora le han arrebatado cuatro gatos, dos perros salchicha, dos gallinas y cuatro pájaros. “Hay un desastre dentro y fuera de la casa, pero la señora rechaza cualquier tipo de ayuda”, explica el fiscal.

Foto: Gato y pájaro – Flickr: Tjarko Busink (CC BY-NC 2.0)

Esta mujer de origen alemán vive desde hace mucho tiempo en Groet. Según el Ministerio Público, la mujer es viuda desde hace treinta años y lleva una existencia solitaria. Pasa sus días con su cacatúa, tres perros salchicha, cuatro gatos, dos loros, periquitos y gallinas. Desde 2017 está en el cuadro de la policía (de animales) y de los servicios de emergencia.

La policía realizó su primera visita domiciliaria el pasado mes de mayo. El fiscal dice: “Las condiciones de vida son realmente terribles. La casa está cubierta de suciedad y es prácticamente intransitable. Tienes que abrirte camino a través de los excrementos. Aquí ningún animal puede vivir, mucho menos un ser humano”.

Según el fiscal, “a los animales les pasaban todo tipo de cosas”. Por ejemplo, el pelaje o el plumaje de los animales solía estar lleno de enredos o escamas. Un veterinario afirmó que los animales padecían uñas largas, problemas en la piel, sarro y encías inflamadas. Además todos estaban en malas condiciones. “Algunos estaban muy demacrados, otros estaban demasiado gordos”.

Latas de caca y cerveza

Según el Ministerio Público, la mujer tiene un problema con el alcohol y se la encuentra regularmente bajo sus efectos. El problema es que el hombre de 82 años no está dispuesto a ayudar. “La señora se esconde detrás del sofá para que la policía no pueda verla”.

Las fotografías del informe policial también muestran que los animales tenían poca o ninguna agua potable y que las jaulas de los pájaros eran muy insalubres. Todos los animales fueron confiscados después de esta visita domiciliaria. El fiscal está preocupado por el bienestar de la mujer, que, según los servicios de emergencia, se encuentra sola. No tendría hijos y tampoco podría “cuidarse a sí misma, y ​​mucho menos a sus animales”, dijo el fiscal.

Después de que un veterinario cuida los dientes y el pelaje y les da a los animales una comida especial, las cosas mejoran. El caso llegará a los tribunales por primera vez en julio de 2022, dos meses después de la incautación. Allí se decide darle a la mujer una última oportunidad. Recuperará todos los animales, excepto la cacatúa, porque no tiene documentos para ello. Con la condición de que pusiera sus asuntos en orden y buscara ayuda.

Pero cuando la mujer fue sometida a su segunda inspección a finales de mayo de este año, la policía de animales volvió a entrar en una casa muy contaminada. “Todo el jardín estaba cubierto de maleza y había tierra por todas partes. Los periquitos no tenían agua. Había excrementos en la alfombra y la cocina estaba llena de platos y restos de comida”.

Resulta que uno de sus perros había muerto dos meses antes. En el rincón donde murió se encontró “mucha sangre, heces y vómitos” del perro salchicha fallecido, explica el fiscal. “Había un olor muy fuerte en la casa porque la señora no la había limpiado. Los servicios de emergencia tuvieron que salir al exterior a los pocos minutos para respirar”.

‘Situación triste’

Según la policía, la mujer afirmó entonces que su perro había sido envenenado. Pierde a sus animales por segunda vez. El fiscal lo califica de “situación muy triste”. Varios servicios sanitarios se han puesto en contacto con ella, pero nadie puede localizarla porque la señora no quiere ayuda. Tiene mucho cariño por los animales, pero eso no es proporcional al sufrimiento que les causa sin querer. La implementación de sus buenas intenciones deja mucho que desear.”

Foto: Gato triste – Flickr: Tjarko Busink (CC BY-NC 2.0)

El Ministerio Público acusa al hombre de 82 años de haber descuidado gravemente a los animales y de no haberles proporcionado atención médica. Se dice que durante un interrogatorio dijo: “Son viejos y tal vez un poco gordos, pero yo no lo vi. ¿No están alimentados y divirtiéndose? Si veo que algo anda mal, iré”. “Siempre ve al veterinario.”

El fiscal no está satisfecho con esa afirmación. “Los animales no pueden hablar, por eso tenemos que hacerlo por ellos. Dependen completamente de su dueño y se ven obligados a vivir en un ambiente insalubre, donde ya se los han llevado dos veces”.

Se requiere una pena de prisión condicional de tres semanas, con un período de prueba de cinco años. El fiscal espera que esto sirva de “garrote detrás de la puerta”. Para evitar que la mujer vuelva a cometer el mismo error, el Ministerio Público exige también la prohibición de tener animales. “Nada impide que la señora vuelva a tomar animales. Ése es nuestro gran temor”.

Muelle vacío

El muelle está vacío. Como durante la sesión anterior. La mujer supuestamente indicó que no quería venir. Para intentar poner en orden su vida, el Ministerio Público también solicita la supervisión del servicio de libertad condicional. “Tal vez eso todavía pueda ayudarla”.

El juez inmediatamente dicta sentencia y declara culpable a la mujer. “Esta es una mujer de 82 años con muchos problemas. Es importante que la cuiden bien, pero no abre la puerta. No sé cómo solucionar esto y no me hago ilusiones al respecto. él.”

El juez impone a la mujer una multa condicional de 1.000 euros, con un período de prueba de tres años. Si no paga esto después de una infracción, tendrá que ir a la cárcel durante veinte días. Además, tiene prohibido tener animales. “A esta señora no se le permite tener animales, ha perdido su última oportunidad. Todos los animales tienen un nuevo dueño.”

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