SAM Powell se precipita hacia las recompensas de una carrera en Wigan que literalmente lo vio comenzar de la nada.
Porque cuando empezó el hooker, si no jugaba, no le pagaban.
Hoy ve al incondicional celebrar 11 años en el primer equipo de los Warriors con un partido testimonial contra Salford.
Pero cuando lo contrataron por primera vez, no tenía contrato; era simplemente un caso de ‘tú juegas, nosotros pagamos’.
Sin embargo, no lo habría tenido de otra manera ya que no querer un trabajo regular le dio esa chispa.
Powell, quien llegó como medio, dijo: “Primero llegué con un acuerdo de pago mientras juegas, luego obtuve un contrato de la academia después de cuatro juegos.
“Solo quería probarme a mí mismo. Cuando tenía 16 años, era todo lo que quería hacer y estaba en un aprendizaje de ingeniería electrónica en ese momento.
“Los ingenieros de gas tienen unidades portátiles cuando prueban las calderas, mantenemos y calibramos esas máquinas.
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“No me gustaba demasiado trabajar todos los días y jugar al rugby y entrenar era lo que quería hacer, aunque empezábamos a eso de las 5:45 am.
“Me iba en mi scooter, un ciclomotor de 50 cc, a Orrell, hacía una hora y media allí, luego me iba al trabajo, terminaba alrededor de las 4:30 p.m. y luego volvía al entrenamiento.
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“Fueron días muy largos, pero cuando pienso en ello, fueron días buenos”.
Incluso después de formar parte del equipo principal, Powell admite que le tomó alrededor de un año adaptarse al entrenamiento de tiempo completo, pero después de hacer su debut contra el Hull FC en agosto de 2012, ganó dos títulos de la Superliga y una Copa Challenge.
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Y el jugador de 30 años que ves hoy es muy diferente al joven de cara fresca que surgió por primera vez: ha tenido que evolucionar, al igual que su club.
Powell, quien admite que diseñar su propia camiseta fue uno de los mejores trabajos que ha hecho, agregó: “Cuando miro hacia atrás, durante los primeros años fue difícil en el medio. No estaba tan construido como ahora y estaba jugando contra profesionales completamente experimentados. Tuve que recogerlo rápido.
“Y el club ha evolucionado constantemente. Siempre estamos buscando nuevas ideas y cómo progresar. Cuando empecé, entrenábamos en Orrell. Ahora estamos en Robin Park y el lugar es de clase mundial.
“Pero tiene que ser así. Para mejorar hay que evolucionar”.