Tras el descenso a la Serie B la pasada temporada, el club cesó su actividad a nivel nacional, pero ahora el sindicato difunde la historia que cuentan los socios, quienes también cuentan avances vía mensaje y visitas sorpresa a los apartamentos de las chicas.
La denuncia procede de FifPro, la federación mundial de sindicatos de futbolistas (de la que también forma parte la italiana Aic). Y las futbolistas, que con el estatus profesional alcanzado (en Italia, limitado a la Serie A a partir de 2022) deberían disfrutar de plenos derechos y protección transversal: desde la salud a los aspectos económicos, pasando por el respeto a la esfera personal y a la intimidad. Un cuadro virtuoso que estaría muy alejado – según el relato anónimo de los deportistas – en comparación con lo ocurrido la temporada pasada en Pomigliano. El club del interior de Nápoles jugó su tercera y última temporada en la Serie A en 2023-24, descendiendo a la Serie B, donde luego ni siquiera se inscribió (cesando esencialmente su actividad a nivel nacional). Los dos primeros rescates fueron casi un milagro para un club que no tenía una estructura profesional masculina detrás, pero aun así logró permanecer en la misma liga que la Juve, la Roma, el Inter y el Milán. Una hazaña que, sin embargo, no se ha repetido en el último año. Más allá del resultado negativo sobre el terreno de juego – la consolidación en la Serie A se había vuelto cada vez más difícil para un pequeño club de provincia de temporada en temporada – la descripción del contexto, que los jugadores confiaron a la unión internacional, es aleccionadora.
Qué vergüenza
—
En el documento difundido por FifPro con el título “Pomigliano, historia de un club de pesadilla” se habla de salarios impagos, de contratos falsificados respecto a la firma original (“Crearon un nuevo documento, cambiaron las fechas y añadieron firmas – declara uno futbolista – por suerte conservé una copia original, así pude comprobar que lo hacían con muchas chicas para que no se fueran”), así como una asistencia médica a las deportistas que fue sumaria y alejada de la verdad. por el club tal y como exige la legislación sobre profesionalidad. “Querían que diéramos el 100% en el campo – dice otro socio –, pero cuando nos lesionamos, el club no se hizo cargo del tratamiento. Se esperaba que pagáramos por todo: rehabilitación y fisioterapia. Estábamos mentalmente agotados”. Los jugadores también denunciaron comportamientos inadecuados por parte de los directivos: entre otras cosas, se hace referencia a supuestos mensajes de avances y visitas no anunciadas a los pisos, motivadas por tener que mostrar las viviendas a futuros inquilinos. La Asociación – leemos al final de la nota – está ayudando a los jugadores que deben recuperar salarios atrasados.
© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS