Tomado de la película Agente 007-Una cascada de diamantes de 1971. El jefe de los servicios británicos M pregunta a James Bond: “¿Qué sabe él sobre diamantes?”. Bond (Sean Connery) responde: «Bueno, son la sustancia más dura que se encuentra en la naturaleza, cortan vidrio, invitan al matrimonio y ¡son los mejores amigos de la mujer!».
Romano Ferrettique cumplió 77 años hace apenas unos días, comparte plenamente el sarcástico intercambio de chistes cinematográficos. No sólo porque el Agente 007 es un mito de su juventud para las primeras sagas editoriales y luego de celuloide en el cine, sino también porque Romano Ferretti pasó más de 50 años de su vida leyendo, interpretando, valorando, admirando y vendiendo. diamantes. Y hacer realidad los brillantes sueños de las mujeres. Hoy en día es uno de los más apreciados y reconocidos. expertos y evaluadores en Europa en el campo de estas piedras preciosas.
Como suele ocurrir en la vida, no fue Romano quien eligió el camino brillante, sino todo lo contrario. Quizás fue una casualidad –dice en su laboratorio-oficina en las afueras de Módena– que aquel verano entre 1967 y 1968 decidiera ayudar a su tío en la joyería y platería de Castelnuovo Rangone. Ahí surgió la chispa que lo llevó al año siguiente, a los 19 años, a Rímini, donde su tío había abierto una tienda de joyería.
El boom económico está en Rimini
«Fue un período extraordinario – explica Romano ayudándose de los recuerdos – porque todavía estábamos en plena bonanza económica y en Rímini, en verano, el turismo alemán era como un fuego artificial. Fue una época en la que se gastó y difundió mucho. Y se hacían regalos como collares de perlas, collares de oro, pulseras de diamantes, solitarios. Ayudé a mi tío en la tienda, lo que me facilitó el hecho de que hablaba francés e inglés. Y por las noches con amigos siempre había una fiesta en el paseo marítimo.”
El acercamiento al mundo de la joyería tuvo así un éxito inicial, hasta el punto de que al año siguiente el joven Romano se hizo cargo del negocio de su tío y, a los 21 años, obtuvo la licencia de seguridad pública necesaria para comercializar joyas en su nueva tienda, que abrió en Sassuolo.