Ante los Yokohama Marinos, remontaron en la final los Giallorossi, que perdían por 3-1. También marcó Ibáñez, el inglés estuvo pésimo
Otra ronda, otro empate para la Roma en Japón. Pero si bien había llegado un deslucido empate 0-0 ante Nagoya, esta vez ante los campeones de Yokohama Marinos acabó con un pirotécnico 3-3, con los giallorossi capaces de remontar primero el 0-2 y luego el 1-3. Para los giallorossi, muchas señales de alarma se confirmaron en la primera parte, empezando por la aún inquietante actuación de Abraham. En la segunda mitad, sin embargo, con la entrada de Zaniolo, Volpato y Shomurodov y la transición a un 4-2-3-1, la Roma empezó a producir. Y los tres se encontraron, inventaron, hasta desperdiciaron, pero aún parecían vivos. A diferencia de Abraham, un fantasma.
Uno dos
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De inicio Mourinho confirma el 3-5-2 ya visto ante el Nagoya, pero esta vez Celik y Camara son titulares, con El Shaarawy desplazado para jugar de segundo delantero, por detrás de Abraham. Entre los críos Missori se confirmaba como quinto por la izquierda, pero sobre todo Tahirovic en la mitad del campo, aquel que Mourinho tiene prisa por crecer e insertarse definitivamente en las rotaciones de la medular de los giallorossi. Sin embargo, la camiseta con franja jaspeada y nombre en japonés no trae suerte, porque el Yokohama pasa a los 9 minutos con un cabezazo de Eduardo y el propio Tahirovic se ve obligado a abandonar el campo a los 30 minutos por un problema muscular en el flexor. del muslo derecho (adentro va Bove). El ritmo de los giallorossi no vuelve a ser muy alto esta vez, al igual que las ideas. Abraham devora el gol parejo (pero también fue fuera de juego), luego en el minuto 45 llega también el 2-0, en un lío defensivo para los giallorossi: Celik falla todo en la salida, el balón llega a Nishimura, cuyo tiro desde 20 metros pega en el poste y luego golpea en la espalda a Svilar (lento en la bajada), embolsado detrás del portero giallorossi. Antes del pitido final hubo espacio para el primer tiro certero amarillo y rojo, con volea de El Shaarawy parada por Takaoka. Pero, en términos más generales, el ritmo y el juego amarillo y rojo deben revisarse absolutamente.
el tridente
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Al comienzo de la segunda parte, Mourinho decide cambiar todo en ataque, incorporando a Shomurodov, Zaniolo y Volpato y eliminando a Matic, Abraham y Missori. Así pasamos a un 4-2-3-1, con la esperanza de hacer más peligroso al equipo en los últimos veinte metros. Y de hecho, Zaniolo ya se vuelve peligroso a los dos minutos, luego le da una asistencia perfecta a Shomurodov, pero el uzbeko desperdicia patadas salientes de Takaoka. Luego es el Yokohama el que cae por debajo en otras dos ocasiones, pero al menos ahora el partido está chispeante. Y luego le toca a Shomurodov construir dos buenos balones para Zaniolo, que los azules desperdician mucho. Si en el primer tiempo se construyó poco, en este segundo tiempo por fin llegan las oportunidades, aunque se desperdicie mucho. Y en el minuto 21 llega el 3-0 de Nakagawa, anulado por fuera de juego por un pelo. Zaniolo se encargó entonces de reabrir los partidos dos minutos después con una buena jugada de Volpato, pero ni siquiera el tiempo de calmarse antes de que Yokohama restableciera las distancias, con el 3-1 de Matsubara. En la final, llamas amarillas y rojas: en el minuto 39 Ibáñez hace el 3-2, poco después de un claro penalti no concedido a El Shaarawy y en pleno descuento empataba Shomurodov, en otro toque de Volpato. Y antes del pitido final Zaniolo también tiene el balón justo para ganarlo, pero lo desperdicia alto. Así termina, con el segundo empate de la Roma en dos partidos en Japón.
28 de noviembre de 2022 (cambio 28 de noviembre de 2022 | 14:21)
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