¿Un descarrilamiento con estilo? ¿Un gol en propia puerta? ¿El enfoque equivocado antes del partido de España? Algunos fanáticos sacudirán la cabeza al ver el cabello rosado de Robert Andrich. Lo único que puedes decirles es: ¡Sé feliz!
Al igual que la camiseta rosa de EM que generó debates, el color de cabello de Andrich también representa una nueva generación que se preocupa por la diversidad y la individualidad en lugar de la uniformidad gris. La señal es clara: los alemanes también pueden ser irónicos, fríos y modernos.
El seleccionador nacional Julian Nagelsmann aumentó la presión diciendo: «Hay peinados que requieren un poco más que otros para lograr el máximo rendimiento».
Pero se trata de algo completamente diferente: el cambio de color es un signo de valentía. Una declaración visual de guerra que dice: “¡Mira aquí!” Pero no es nada político y no duele, sino que rebosa confianza en uno mismo. Algo que a los alemanes les vendría muy bien, sobre todo antes del partido de cuartos de final de la Eurocopa contra España.
Andrich no es el primero en este torneo que llama la atención con su color de pelo: la estrella rumana Andrei Ratiu compitió con el pelo azul y fue celebrado. En un mundo del fútbol donde las camisetas rosas -por no hablar de la homosexualidad- todavía generan debate, un rosa Andrich es exactamente el toque de color que necesitamos.
Lo demuestra: Alemania puede ser colorida y diversa. Y al final no es el peinado lo que decide cómo rueda la pelota, sino el rendimiento y el compromiso deportivo.