Con los altibajos de la vida, el indie rock amapola también sube por encima de las octavas.
En su álbum debut PREMONITIONS, a Miya Folick le gustaba sentirse segura en las letras poéticas. Letras en las que puedes ocultar elegantemente tus propias inseguridades y miedos en líneas confusas. Con ROACH, las cosas se vuelven incómodamente directas. Folick ha tirado de la cuerda floja: superar una dura ruptura, dejar las drogas y desacelerar el caótico ritmo de vida en Los Ángeles.
En consecuencia, hay admisiones íntimas de fallas personales en la composición de canciones: llamadas de madrugada no del todo sobrias pero muy desesperadas, ataques de nervios en los azulejos del baño y parejas de citas que profesan su amor pero que ni siquiera pueden pronunciar correctamente el nombre de Folick. Paralelamente a los altibajos, la voz de Folick también sube octavas impresionantes. “La gente siempre quiere saber si ahora eres una chica indie o una chica pop”, explica.
En lugar de respuestas claras, Folick prefiere brindar una variedad de influencias sobre ROACH. Desde el catártico himno del indie rock “Get Out Of My House”, hasta la balada melancólica de guitarra “2007”, los éxitos electrónicos de “Drugs Or People” o el dance-pop sintetizado de “So Clear”. ROACH significa distanciarse de los excesos desenfrenados y las relaciones poco saludables. Y así, en la canción de cierre, Folick no solo vuelve a sus raíces populares, sino también a la intuición: “No puedo tenerlo todo / Y no me gustaría”.